Día 34, Jueves 16 Enero 2014 - Puerto Tranquilo
Estado del camino: Ripio
Distancia recorrida: 172 km. (En furgón)
Hoy dejamos Chile Chico pero sin pedalear, las bicicletas van arriba de un furgón ya que decidimos no pedalear el camino de las llaves dadas todas las recomendaciones y luego de leer la experiencia de otros ciclistas en este tramo.
Distancia recorrida: 172 km. (En furgón)
Hoy dejamos Chile Chico pero sin pedalear, las bicicletas van arriba de un furgón ya que decidimos no pedalear el camino de las llaves dadas todas las recomendaciones y luego de leer la experiencia de otros ciclistas en este tramo.
La verdad es que el camino es hermoso, muchas veces vas bordeando en
cornisa el lago, pero el estado del camino no es el mejor ya que hay
mucha calamina, el viento siempre lo tendrás en contra, la
ausencia de agua potable, de poblados a lo largo de este tramo y además en Puerto Guadal no existen tours que te lleven a conocer las Capillas de Mármol. Eran muchos los factores en contra, así que
decidimos llegar a Puerto Tranquilo para ver las capillas y desde ahí
continuar con nuestras bicicletas, esta fue lejos la mejor opción que podríamos tomar.
Luego de un traqueteado viaje de más de 5 horas, por hermosos paisajes que contemplamos a través de una ventana. Llegamos a Puerto
Tranquilo, el día estaba muy nublado, por lo que no valía la pena visitar las capillas con tan poca luz.
En Tranquilo, nos quedamos en el camping de Don Manuel, un
improvisado camping habilitado a orillas de la ruta 5, justo donde se
une el Río Tranquilo con el Lago General Carrera. El costo del camping es de $2500 por persona y sin duda es el mejor lugar para disfrutar del lugar.
Embarcadero de camping en Río Tranquilo
En este camping nos sentimos como en casa, compartimos con la familia de Don Manuel, conversamos y nos tomamos un mate junto a su cocina de leña. Nos invitó a conocer su campo, cosechas y bosques de arrayanes con la hermosa vista al lago. Fueron cuatro los días que estuvimos acá esperando que saliera el sol y también disfrutando con la familia y con los nuevos amigos que hicimos acá, amigos como Angus un joven ciclista inglés que habíamos conocido brevemente en Villa Cerro Castillo y que nos encontramos acá.
Como suele suceder en este viaje, no teníamos señal de celular, y para dar señales de vida fuimos hasta un Cyber que cuenta con unos lentos computadores y además con una tarifa muy alta, estuvimos tan solo media hora, en ese rato alcanzamos a enviar un par de mensajes por facebook, y el costo de este servicio fue $1.500.-
Como suele suceder en este viaje, no teníamos señal de celular, y para dar señales de vida fuimos hasta un Cyber que cuenta con unos lentos computadores y además con una tarifa muy alta, estuvimos tan solo media hora, en ese rato alcanzamos a enviar un par de mensajes por facebook, y el costo de este servicio fue $1.500.-
Recién al tercer día salió el sol, un sol hermoso que incluso a las 8 de la mañana dentro de la carpa lo veíamos brillar. Pasado las diez de la mañana salíamos en la lancha de Don Manuel, navegando por el Lago General Carrera en el mejor tour a las Capillas de Puerto Tranquilo, ya que nos permitían bajarnos de la lancha y caminar por las cavernas.
Cavernas de Mármol
Las Capillas de mármol son maravillosas, sus intensos colores junto con el de sus aguas impresionan al verlo y en un bello día como hoy te motivan a nadar por estas aguas.
Al final de este tour, justo frente a la Catedral de Mármol, nos dan la oportunidad de tirarnos al agua, y como no hacerlo, si nos habíamos preparado y hasta con traje de baño andábamos. Mi ansiedad me jugó una mala pasada, fuí la primera en tirarme de la lancha, y yo, que pensé en nadar y disfrutar de estas agua que parecían de Caribe me llevé una gran sorpresa apenas uno de mis dedos tocaron estas aguas... las aguas más heladas que mi cuerpo haya tocado jamás!. Con el calor de mi cuerpo y lo frío del agua me produjo un golpe de frío que me dejó sin aire en el primer chapuzon. Cuando salí a la superficie a tomar algo de aire lo único que pedía era que me sacaran de ahí, estaba en shock. Luego de esto el resto también se lanzó al lago, Andrés, Angus y unas amigas mochileras que también estaban en el camping.
Catedral de Mármol
De vuelta de las Capillas nos recuperamos de una posible hipotermia con un mate y una conversación con Don Manuel, siempre al lado de la cocina a leña.
Nos encantó nuestra estadía en Puerto Tranquilo y esperamos volver algún día a saldar nuestra deuda de conocer el Glaciar Exploradores, al que esta vez dijimos paso.
Día 37, Domingo 19 de Enero 2014 - Puerto Bertrand
Descripción
de la ruta: Ripio
Distancia Pedaleada: 68 km
Distancia Pedaleada: 68 km
Son las 8 de la mañana y con pena nos vamos de Puerto Tranquilo para retomar el pedaleo después de una semana de relajo.
Nuestro destino hoy es llegar a Puerton Bertrand, una meta exigente sobre todo después de una semana sin pedalear, pero el día esta a nuestro favor ya que un fuerte sol nos acompaña desde temprano en la ruta.
Llevamos una hora de pedaleo y ya nos hemos encontrado con dos ciclistas, uno que venía desde el sur que nos dijo que el camino estaba en mal estado desde el desvío a Puerto Guadal hacia el sur. También conocimos a Andy, primer cletero chileno que conocimos en ruta y que lleva orgulloso la bandera en sus alforjas. Viene desde Puerto Tranquilo y su meta para hoy es la misma, así que esperamos verlo más tarde.
Otro de los ciclistas que conocimos fue Tommy, un ciclista italiano que está probando el marco de su hermosa bicicleta aro 29, marco rígido y con un diseño hecho a su medida ya que tiene el mapa de Puerto Montt a Villa O'higgins pintado en el marco de su bicicleta.
El camino no está en las mejores condiciones, es de ripio, con mucha calamina y la mayor parte del trayecto vas subiendo y bajando las lomas alrededor del lago, esto hace tener las mejores vista del lago.
En el kilómetro 43 nos encontramos el desagüe del Lago General Carrera y luego de este punto pudimos disfrutar de un terreno plano y compacto, como recién salinado.
Desagüe del Lago General Carrera
Pocos kilómetros después, siento una explosión y de inmediato la bicicleta se siente más pesada. Miro mi rueda y más que pinchada, ha explotado ya que tanto la cámara como el neumático se encuentran rajados. Por un lado siento alivio, ya que ocuparemos uno de los neumáticos de repuesto que llevo en la alforja y así aligeraré mi carga.
En el kilómetro 49 se encuentra Lago Negro donde comienza una tortuosa subida por un terreno malísimo. En este punto no me queda más que empujar mi bicicleta. Lo que ya he comprobado muchas veces, se aplica para esta ocasión. Mientras más difícil es la subida, más hermoso es el paisaje que contemplaras en la cima y esta vez es la imagen del Lago negro y de fondo el Lago General Carrera, un paisaje que merece ser colgado en una de las paredes de mi casa.
Vista del Lago Negro y de fondo el Lago General Carrera
Después
continuamos avanzando en una pendiente en contra eterna, y cuando pensamos que el
camino en subida llegaba a su final, das la vuelta del cerro y ves que la
pendiente continua. Finalmente llega la bajada que te lleva junto al Lago
Bertrand, otra subida (la última del día) para luego bajar y llegar en el
kilómetro 68 a Puerto Bertrand.
En
Puerto Bertrand nos encontramos con una mochileras que nos dijeron que un
ciclista estaba acampando junto al lago, al llegar ahí nos encontramos
con Andy, con quien compartimos una rica once frente al hermoso lago del pueblo.
A
diferencia de nosotros, Andy había llegado a las 15 horas, había almorzado y se
había bañado el Lago para luego tomar una siesta. Nosotros llegamos a las 20
horas, con 5 horas de desfase... sin duda Andy es toda una máquina sobre su
bicicleta.
Puerto Bertrand
Día 38, Lunes 20 de Enero 2014 - Puerto Bertrand
Descripción
de la ruta: Ripio
Distancia Pedaleada: 11 km.
Distancia Pedaleada: 11 km.
Hoy no pusimos alarma, y despertamos con la luz del día justo para despedirnos de Andy, quien estaba listo para continuar su aventura. Nosotros en cambio, o al menos yo, me sentía cansada, fueron muchas las horas de pedaleo el día de ayer así que hoy lo tomaremos con calma.
Tomamos desayuno frente al Lago Bertrand y los peces nos dan un espectáculo, ya que los veíamos saltar por todos lados. Es increíble que estas tranquilas aguas luego se conviertan en el torrentoso Río Baker.
Recorrí el pueblo buscando pan, aunque lo hice a pie ya que el pueblo se encuentra cuesta arriba, y al fin encontré un rico pan amasado en un hostal. Luego de eso fuimos hasta un negocio para hablar por teléfono, la llamada más cara de nuestras vidas, ya que por $650 el minuto pudimos llamar a nuestra familia a Santiago para avisar que estábamos bien, ya que para variar solo Entel tiene cobertura en este lugar.
Comenzamos a pedalear rumbo al sur, pero nuestra meta de hoy eran solo 11 kilómetros ya que queríamos llegar temprano para poder descansar de la jornada de ayer.
A los pocos metros de dejar Bertrand se comienza a ver junto al camino el nacimiento del Río Baker, una enorme masa de agua que corre con fuerza luciendo su intenso color turquesa. Esta imagen nos acompaña durante todo el camino.
En el kilómetro 11 y como lo anunciaba constantemente el camino (desde Tranquilo) se encuentra el camping Parque del Río Baker, que con unos banderines se hace visible entre la vegetación del lugar.
El camping está muy bien equipado y es atendido por Héctor, un entusiasta emprendedor de la zona, quien mantiene impecable este parque que cuenta con un pequeño embarcadero en el Río Baker. El costo del camping es de $3000 por persona.
Esta cuesta nos fue advertida por muchos de los ciclistas que nos encontramos en el camino, ya que quedó marcada en su memoria por su mala condición y por lo interminable. Logras subir por las montañas, siempre bordeando el Río Baker, el que se ve muy pequeño cuando finalmente llegas a la cima. Me tomo mucho tiempo subir esta cuesta, ya que me tome varias pausas para descansar y muchas tuve que caminar junto a mi bicicleta y Andrés me ayudó a empujarla, mis pobres piernas se encuentran molidas con los golpes de los pedales, aunque a esta altura ya ni siquiera duelen esos golpes. Fue un trayecto duro pero disfrutamos muchos los paisajes que te regala el estar sobre la montaña.
Cuando pierdes de vista el Río Baker comienza una bajada que te lleva al nivel del río y te encuentras con el Río Cochrane justo al lado del camino, un río abundante de agua, a punto de rebalsarse. Con esto presientes que Cochrane está cerca pero no hay señales de civilización cerca.
Recién en el kilómetro 34 un enorme y antiguo cartel publicitario nos da la bienvenida a Cochrane, pero es solo la bienvenida, el remate del viaje es con una pequeña pero cruel subida, un montículo de piedra suelta que te obliga a empujar tu bicicleta, ya que ni con nuestras neumáticos anchos tuvimos suficiente agarre.
El ingreso a Cochrane es eterno, ya que al menos en dos kilómetros más recién ingresamos al centro de este pueblo, con calles pavimentadas, plazas y bandejones que parecen como recién inaugurados. A un par de cuadras de la plaza una granizada nos da la bienvenida a Cochrane.
En Cochrane nos quedamos en un camping que se encuentra a media cuadra de la plaza, a media cuadra de un supermercado, al lado de un local donde venden enormes y deliciosas sopaipillas y churrascos. Es el punto de encuentro de ciclistas y mochileros, donde conocimos buenos amigos, lindas personas y sobretodo aventureros.
Cochrane es la capital de la Provincia Capitan Prat y principal poblado de esta zona, cuenta con todos los servicios, supermercados, farmacias, restaurant, alojamiento, Banco Estado, Correos de Chile, biblioteca con Internet gratis y señal de celular al fin para Movistar.
En este lugar nos quedamos una semana esperando la Fiesta Costumbrista que se realizará el Sábado 25 de Enero, en este tiempo aprovechamos para descansar, visitar el parque Tamango, visitar su mirador, recorrer la ciudad, aprovicionarnos de cámaras de repuesto para las ruedas de las bicicletas y de víveres para el largo camino que nos espera.
En este camping nos encontramos con Andy y fuimos testigos de su gran suerte, ya que luego de romper su parrilla había decidido no continuar con el viaje, pero este mismo día en la noche se reencontró con su compañero de viaje por un tramo, Jairo, quien ya había llegado a Villa O'higgins y se encontraba de regreso hasta su casa en Arauco, camino que no realizaría en bicicleta y por lo tanto ya no necesitaría su parrilla, cediéndole a su amigo Andy. Una gran persona y un angelito en el camino de Andy.
También nos reencontramos con Alan y Camila (de Suiza), y Angus (de Inglaterra), quienes visitaron el Parque Patagonia y nos contaron de su belleza y gran fauna que cuenta. Lugar que como chilenos no teníamos idea que existía y que todos los extranjeros ya lo tenían marcado en su ruta.
Conocimos a Manuel, un ciclista de Bélgica que estaba recuperándose de un desgarro en su rodilla. El viene viajando desde El Chaltén, cruzó desde Argentina a Chile por Laguna del Desierto y desde Villa O'higins hasta Cochrane lo acompañó en el pedaleo un perro del la ruta por 2 días.
A Matias también lo conocimos acá, es chileno y también tomó un desvío hasta Chile Chico, opción que tomó para reparar su bicicleta ya que fallaron sus frenos de discos después de pasar por Puerto Tranquilo, el taller más cercano es el de Patricio Garnica, a quien también tuvimos el gusto de conocer y con él pude mejorar con creces la mantención que le hicieron a mi cleta en Coyhaique, ya que en Figón (Coyhaique) no tuve buena experiencia ni con la mantención ni con la atención, de echo pasamos un mal rato.
Sergio y Nayadeth, unos mochileros chilenos, quienes nos contaron detalles de la espeluznante noche que pasaron en la cárcel de Chaitén, una historia digna de película de terror.
También tuvimos el gusto de conocer a Marcela y Leo de Concepción, quienes viajaban en bus por esta zona y con quienes nos colamos en el bus que lleva gratis a los colaboradores de la Fiesta Costumbrista. Leo es aficionado a la Pesca y su última noche llegó al camping con una enorme trucha arcoiris que compartió con nosotros, una delicia.
En este camping también conocimos a la Familia Pedalera: Gregorio, Lea y la pequeña Rönja. Familia de Alemania, quienes viajan pedaleando desde Alaska cuando Rönja tenía menos de un año de vida, con la bicicleta cargada con pañales. Ahora Ronja tiene dos años, y ella aprendió a caminar, a hablar en su idioma natal y también español, y también anda en su pequeña bicicleta sin pedales por un par de kilómetros ayudando a sus padres a aligerar su carga en la ruta.
La fiesta costumbrista se realizaba en el Sector el Manzano, donde llegamos en un bus de la municipalidad. En este lugar pudimos ver y comprar artesanías de los lugareños (nada chino), degustar de su maravillosa cocina y conocer sus costumbres en un inusual día de calor. Y aunque sufrimos con las apialaduras (lazeo de terneros), disfrutamos del espectáculo que son las jineteadas. Aprovechamos también de visitar el Museo Rural Pioneros del Baker, muy recomendado.
Fueron muchas las personas y las historias que conocimos acá, en Cochrane, el lugar donde más días nos quedamos, fueron 6 días y lo valió cada minuto, y aunque no vimos ningún huemul en el Parque Tamango, aunque Internet era tan lento que no te permitía compartir fotos y audios, aunque el camping estaba lleno de tijeretas, aunque las noches más frías hasta el momento las vivimos acá, a pesar de todo esto lo ha válido cada minuto, porque todo el tiempo que estuvimos fue de calidad... y fue así por los amigos, por el cambiante clima que te sorprendía a cada minuto y a pesar de las incomodidades de acampar, aun no nos aburre esta forma de vida y hasta lo disfrutamos cada días más... las noches en contacto con el suelo te hacen sentir tan vivo como su vegetación, el compartir el baño por las entretenidas charlas que puedes tener mientras esperas tu turno, compartir la cocina, el espacio hecho a medida para intercambiar historias y hacer nuevos amigos.
Sin duda disfrutamos mucho nuestra estadía en Cochrane pero llegó la hora de continuar nuestra aventura.
Tomamos desayuno frente al Lago Bertrand y los peces nos dan un espectáculo, ya que los veíamos saltar por todos lados. Es increíble que estas tranquilas aguas luego se conviertan en el torrentoso Río Baker.
Recorrí el pueblo buscando pan, aunque lo hice a pie ya que el pueblo se encuentra cuesta arriba, y al fin encontré un rico pan amasado en un hostal. Luego de eso fuimos hasta un negocio para hablar por teléfono, la llamada más cara de nuestras vidas, ya que por $650 el minuto pudimos llamar a nuestra familia a Santiago para avisar que estábamos bien, ya que para variar solo Entel tiene cobertura en este lugar.
Comenzamos a pedalear rumbo al sur, pero nuestra meta de hoy eran solo 11 kilómetros ya que queríamos llegar temprano para poder descansar de la jornada de ayer.
A los pocos metros de dejar Bertrand se comienza a ver junto al camino el nacimiento del Río Baker, una enorme masa de agua que corre con fuerza luciendo su intenso color turquesa. Esta imagen nos acompaña durante todo el camino.
Río Baker desde Camping Parque del Río Baker
En el kilómetro 11 y como lo anunciaba constantemente el camino (desde Tranquilo) se encuentra el camping Parque del Río Baker, que con unos banderines se hace visible entre la vegetación del lugar.
El camping está muy bien equipado y es atendido por Héctor, un entusiasta emprendedor de la zona, quien mantiene impecable este parque que cuenta con un pequeño embarcadero en el Río Baker. El costo del camping es de $3000 por persona.
Día 39, Martes 21 de Enero 2014 - Cochrane
Descripción
de la ruta: Ripio
Distancia Pedaleada: 37 km.
Luego de una larga tarde de descanso y recuperados para continuar nuestro viaje, emprendemos rumbo hacia Cochrane, serán solo 37 kilómetros pero nos advirtieron de que el camino se encuentra en malas condiciones y hay una cuesta interminable que debes pasar.
A las 8 de la mañana salimos del camping y nuestra primera parada es a solo un par de kilómetros del camping, donde un gran letrero anuncia la confluencia de los ríos Neff y Baker. Yo me quedo cuidando las bicicletas mientras Andrés recorre el sendero de 600 metros para fotografiar este espectáculo. La unión de estos ríos de color verde y turquesa, formando un color único que nos acompañará con el Río Baker de acá en adelante. Unos amables brasileños que viajan en un city car me ofrecen un café y conversamos mientras Andrés regresar de su misión. En este lugar no es necesario resguardar tanto las cosas, pero es difícil desligarse de esta horrible costumbre de desconfianza citadina.
Más adelante en el camino es posible apreciar la confluencia desde la altura del camino, con una muy buena vista.
En la jornada de hoy tenemos la presión de llegar al Río Chacabuco antes de las 11 de la mañana ya que hoy Martes hay trabajos con explosivos y desde esta hora se debe tomar el desvió por el camino de la ribera opuesta del río Baker. Un camino más estrecho, en mal estado y muy culebrero según nos informaron.
Eran las 10:30 y estábamos en el manzano avanzando en subida en medio de los trabajos de nivelación de la ruta 7, en este lugar solitario, rebosante de naturaleza, y con enormes maquinas moviéndose para soltar, remover, aplanar la tierra, yo me sentía como en el desierto de la guerra de las galaxias.
Luego de pasar estos trabajos nos sentimos cansados, pero aliviados de haberlo logrado. El camino se vuelve cuesta abajo, llevándonos hasta el puente Chacabuco, durante este trayecto aprovechamos la velocidad y el impulso para comenzar la enorme cuesta que continua después. Justo comenzando a subir esta cuesta, Andrés pincha su rueda delantera, por lo que debimos hacer una pausa obligada para continuar.
Distancia Pedaleada: 37 km.
Luego de una larga tarde de descanso y recuperados para continuar nuestro viaje, emprendemos rumbo hacia Cochrane, serán solo 37 kilómetros pero nos advirtieron de que el camino se encuentra en malas condiciones y hay una cuesta interminable que debes pasar.
A las 8 de la mañana salimos del camping y nuestra primera parada es a solo un par de kilómetros del camping, donde un gran letrero anuncia la confluencia de los ríos Neff y Baker. Yo me quedo cuidando las bicicletas mientras Andrés recorre el sendero de 600 metros para fotografiar este espectáculo. La unión de estos ríos de color verde y turquesa, formando un color único que nos acompañará con el Río Baker de acá en adelante. Unos amables brasileños que viajan en un city car me ofrecen un café y conversamos mientras Andrés regresar de su misión. En este lugar no es necesario resguardar tanto las cosas, pero es difícil desligarse de esta horrible costumbre de desconfianza citadina.
Más adelante en el camino es posible apreciar la confluencia desde la altura del camino, con una muy buena vista.
En la jornada de hoy tenemos la presión de llegar al Río Chacabuco antes de las 11 de la mañana ya que hoy Martes hay trabajos con explosivos y desde esta hora se debe tomar el desvió por el camino de la ribera opuesta del río Baker. Un camino más estrecho, en mal estado y muy culebrero según nos informaron.
Eran las 10:30 y estábamos en el manzano avanzando en subida en medio de los trabajos de nivelación de la ruta 7, en este lugar solitario, rebosante de naturaleza, y con enormes maquinas moviéndose para soltar, remover, aplanar la tierra, yo me sentía como en el desierto de la guerra de las galaxias.
Cuesta Camino a Cochrane
Confluencia de Río Baker y Neff
Luego de pasar estos trabajos nos sentimos cansados, pero aliviados de haberlo logrado. El camino se vuelve cuesta abajo, llevándonos hasta el puente Chacabuco, durante este trayecto aprovechamos la velocidad y el impulso para comenzar la enorme cuesta que continua después. Justo comenzando a subir esta cuesta, Andrés pincha su rueda delantera, por lo que debimos hacer una pausa obligada para continuar.
Esta cuesta nos fue advertida por muchos de los ciclistas que nos encontramos en el camino, ya que quedó marcada en su memoria por su mala condición y por lo interminable. Logras subir por las montañas, siempre bordeando el Río Baker, el que se ve muy pequeño cuando finalmente llegas a la cima. Me tomo mucho tiempo subir esta cuesta, ya que me tome varias pausas para descansar y muchas tuve que caminar junto a mi bicicleta y Andrés me ayudó a empujarla, mis pobres piernas se encuentran molidas con los golpes de los pedales, aunque a esta altura ya ni siquiera duelen esos golpes. Fue un trayecto duro pero disfrutamos muchos los paisajes que te regala el estar sobre la montaña.
Cuando pierdes de vista el Río Baker comienza una bajada que te lleva al nivel del río y te encuentras con el Río Cochrane justo al lado del camino, un río abundante de agua, a punto de rebalsarse. Con esto presientes que Cochrane está cerca pero no hay señales de civilización cerca.
Recién en el kilómetro 34 un enorme y antiguo cartel publicitario nos da la bienvenida a Cochrane, pero es solo la bienvenida, el remate del viaje es con una pequeña pero cruel subida, un montículo de piedra suelta que te obliga a empujar tu bicicleta, ya que ni con nuestras neumáticos anchos tuvimos suficiente agarre.
El ingreso a Cochrane es eterno, ya que al menos en dos kilómetros más recién ingresamos al centro de este pueblo, con calles pavimentadas, plazas y bandejones que parecen como recién inaugurados. A un par de cuadras de la plaza una granizada nos da la bienvenida a Cochrane.
En Cochrane nos quedamos en un camping que se encuentra a media cuadra de la plaza, a media cuadra de un supermercado, al lado de un local donde venden enormes y deliciosas sopaipillas y churrascos. Es el punto de encuentro de ciclistas y mochileros, donde conocimos buenos amigos, lindas personas y sobretodo aventureros.
Vista de Cochrane desde el Mirador
Cochrane es la capital de la Provincia Capitan Prat y principal poblado de esta zona, cuenta con todos los servicios, supermercados, farmacias, restaurant, alojamiento, Banco Estado, Correos de Chile, biblioteca con Internet gratis y señal de celular al fin para Movistar.
En este lugar nos quedamos una semana esperando la Fiesta Costumbrista que se realizará el Sábado 25 de Enero, en este tiempo aprovechamos para descansar, visitar el parque Tamango, visitar su mirador, recorrer la ciudad, aprovicionarnos de cámaras de repuesto para las ruedas de las bicicletas y de víveres para el largo camino que nos espera.
Lago Cochrane en Parque Tamango
En este camping nos encontramos con Andy y fuimos testigos de su gran suerte, ya que luego de romper su parrilla había decidido no continuar con el viaje, pero este mismo día en la noche se reencontró con su compañero de viaje por un tramo, Jairo, quien ya había llegado a Villa O'higgins y se encontraba de regreso hasta su casa en Arauco, camino que no realizaría en bicicleta y por lo tanto ya no necesitaría su parrilla, cediéndole a su amigo Andy. Una gran persona y un angelito en el camino de Andy.
También nos reencontramos con Alan y Camila (de Suiza), y Angus (de Inglaterra), quienes visitaron el Parque Patagonia y nos contaron de su belleza y gran fauna que cuenta. Lugar que como chilenos no teníamos idea que existía y que todos los extranjeros ya lo tenían marcado en su ruta.
Conocimos a Manuel, un ciclista de Bélgica que estaba recuperándose de un desgarro en su rodilla. El viene viajando desde El Chaltén, cruzó desde Argentina a Chile por Laguna del Desierto y desde Villa O'higins hasta Cochrane lo acompañó en el pedaleo un perro del la ruta por 2 días.
A Matias también lo conocimos acá, es chileno y también tomó un desvío hasta Chile Chico, opción que tomó para reparar su bicicleta ya que fallaron sus frenos de discos después de pasar por Puerto Tranquilo, el taller más cercano es el de Patricio Garnica, a quien también tuvimos el gusto de conocer y con él pude mejorar con creces la mantención que le hicieron a mi cleta en Coyhaique, ya que en Figón (Coyhaique) no tuve buena experiencia ni con la mantención ni con la atención, de echo pasamos un mal rato.
Sergio y Nayadeth, unos mochileros chilenos, quienes nos contaron detalles de la espeluznante noche que pasaron en la cárcel de Chaitén, una historia digna de película de terror.
También tuvimos el gusto de conocer a Marcela y Leo de Concepción, quienes viajaban en bus por esta zona y con quienes nos colamos en el bus que lleva gratis a los colaboradores de la Fiesta Costumbrista. Leo es aficionado a la Pesca y su última noche llegó al camping con una enorme trucha arcoiris que compartió con nosotros, una delicia.
En este camping también conocimos a la Familia Pedalera: Gregorio, Lea y la pequeña Rönja. Familia de Alemania, quienes viajan pedaleando desde Alaska cuando Rönja tenía menos de un año de vida, con la bicicleta cargada con pañales. Ahora Ronja tiene dos años, y ella aprendió a caminar, a hablar en su idioma natal y también español, y también anda en su pequeña bicicleta sin pedales por un par de kilómetros ayudando a sus padres a aligerar su carga en la ruta.
La fiesta costumbrista se realizaba en el Sector el Manzano, donde llegamos en un bus de la municipalidad. En este lugar pudimos ver y comprar artesanías de los lugareños (nada chino), degustar de su maravillosa cocina y conocer sus costumbres en un inusual día de calor. Y aunque sufrimos con las apialaduras (lazeo de terneros), disfrutamos del espectáculo que son las jineteadas. Aprovechamos también de visitar el Museo Rural Pioneros del Baker, muy recomendado.
Museo Rural Pioneros del Baker
Asado de Vaquilla y Cordero
Finalista de Jineteadas
Fueron muchas las personas y las historias que conocimos acá, en Cochrane, el lugar donde más días nos quedamos, fueron 6 días y lo valió cada minuto, y aunque no vimos ningún huemul en el Parque Tamango, aunque Internet era tan lento que no te permitía compartir fotos y audios, aunque el camping estaba lleno de tijeretas, aunque las noches más frías hasta el momento las vivimos acá, a pesar de todo esto lo ha válido cada minuto, porque todo el tiempo que estuvimos fue de calidad... y fue así por los amigos, por el cambiante clima que te sorprendía a cada minuto y a pesar de las incomodidades de acampar, aun no nos aburre esta forma de vida y hasta lo disfrutamos cada días más... las noches en contacto con el suelo te hacen sentir tan vivo como su vegetación, el compartir el baño por las entretenidas charlas que puedes tener mientras esperas tu turno, compartir la cocina, el espacio hecho a medida para intercambiar historias y hacer nuevos amigos.
Sin duda disfrutamos mucho nuestra estadía en Cochrane pero llegó la hora de continuar nuestra aventura.
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