Patagonia en Bicicleta - Tramo 7 - Puerto Natales a Punta Arenas

El Álbum de fotos de este tramo lo pueden ver en la siguiente publicación: Fotos tramo7










Día 70,  21 Febrero 2014 - Morro Chico


Descripción de la Ruta: Asfalto
Distancia Recorrida:96 km. 

Este es nuestro último tramo de nuestra travesía por la Patagonia con 242 kilómetros para pedalear, lo que nos tomará 3 días de acuerdo a lo planificado, aunque de todas formas llevamos provisión para un día más ya que con el viento de la pampa es mejor estar preparados en caso de cualquier eventualidad.

Comenzamos a la 7 de la mañana a pedalear a pesar que la noche anterior no dormimos bien ya que estuvimos hasta tarde probando el cierre con velcro de nuestra carpa, y porque el viento comenzó a correr muy fuerte durante la noche, y por el ruido y el temor que cualquier ciclista le tiene al viento me costó conciliar el sueño.

Salimos de Puerto Natales para tomar la ruta 9, es un día nublado y el viento continua pegando fuerte. 

A esta hora el tráfico es débil, pero de igual forma debíamos ir con precaución ya que el camino no cuenta con berma, y porque los pocos autos que pasan lo hacen a gran velocidad.

A medida que pedaleo siento la bicicleta pesada, me detengo a revisarla pero todo se encuentra normal, puede ser el viento que hace resistencia, o puede ser que desde hace dos semanas no pedaleaba con toda la carga y ya perdí la costumbre... bueno, pueden ser ambas, aunque el viento parece favorecernos.

El camino es prácticamente plano y en el kilómetro 20 aproximadamente el viento claramente nos pega de cola, ayudándonos mucho a avanzar ya que fácilmente sin pedalear alcanzamos velocidades entre 20 a 30 km/hr. 

Cuando el camino continuaba con una curva debíamos tener especial cuidado ya que el viento nos empujaba hacía el otro lado del camino con tanta facilidad que solo frenando podíamos evitar que nos empujara.




Pedaleando en la Ruta 9



El viento me obligó a abrigarme, tapándome bien sobre todo los oídos, ya que con la fuerza el viento se mete por todos lados por lo que debimos usar cortaviento hasta en las piernas.

La mayor parte del camino el viento nos empuja y nos hace tan fácil la tarea que incluso me empezó a dar sueño sobre mi bicicleta y terminé dando un par de pestañeadas que me sacaron del camino, algo muy peligroso si hubiese sido una carretera más transitada. Luego de la segunda pestañeada que me llevo hasta el otro lado del camino me dio tanto susto que se me paso todo el sueño y continué muy alerta al camino.

Eran recién las 15 horas e ingresábamos a Morro Chico habiendo avanzado casi 100 kilómetros. Este es un pequeño poblado que ni siquiera cuenta con almacén ni hostería, mucho menos camping. Un pueblito que cuenta con un reten de Carabineros y frente a él un paradero cerrado, una especie de casa de muñecas habilitado para esperar los buses resguardados del fuerte viento que hay en este lugar. 

Morro Chico desde el camino

A pesar de ser temprano nos detuvimos acá de acuerdo a lo planificado, y comenzamos a acondicionar la pequeña casita para pasar acá la noche. Uno de los cristales estaba roto y lo tapamos con una parte de nuestro footprint y con duct tape. También estaba lleno de tierra y con nuestra mini escoba barrimos el lugar.

Cuando vimos movimiento en el retén de carabineros fuimos a preguntar y avisar que estaríamos en esa casita, fue ahí cuando el oficial mayor a cargo de este retén nos ofreció un galpón para armar nuestra carpa. Este galpón esta justamente al lado del paradero y es una mejor opción para descansar.

Agradecimos el facilitarnos este lugar y comenzamos a armar nuestra carpa. El galpón se movía como si un gigante lo estuviera sacudiendo desde afuera. Es impresionante la fuerza del viento en este lugar, lo único que espero es no tenerlo de frente, al menos no por muchos kilómetros.

Pasamos una excelente tarde y noche en este lugar, aunque el viento no paro de correr ni tampoco bajó su intensidad, incluso de noche se sintió más fuerte y con el ruido del galpón al moverse era aterrador.


Día 70,  22 Febrero 2014 - Kon Aiken


Descripción de la Ruta: Asfalto
Distancia Recorrida:114 km. 

A las 9 de la mañana ya estábamos sobre el pavimento para una nueva jornada de pedaleo, nuestra meta para hoy no esta clara, nos gustaría llegar a Kon Aiken pero en este tramo el viento nos pegará de lado y no sabemos si seremos capaces de tener el mismo rendimiento de ayer para pedalear más de 100 km.

En el camino el viento comienza empujándonos pero al pasar el morro, el camino da vuelta y el viento nos pega de lado, con ráfagas que vienen de frente, lo que hace muy difícil avanzar. Las ráfagas te golpean y hacen que avances prácticamente a tirones. 

En el kilómetro 46 llegamos a Villa Tehuelches donde hicimos una parada para comer y tomar algo. Justo en el camino hay un almacén que tiene de todo, incluso unos panes amasados gigantes recién horneados. Yo llevaba el snack preparado para esta jornada, unos contundentes sandwich de salame con queso, pero con esta oferta el pan amasado gigante fue el reemplazo de los añejos panes que traíamos de Natales e hicimos un cambio de contenido... una maravilla, más aun con una coca cola muy helada. Todo un lujo en medio de la pampa.


Villa Tehuelches

En un minuto pensamos quedarnos acá, sabíamos de otros viajeros que acamparon en el estadio de este pueblito, pero recién eran las 14 horas y con el parámetro de avance del día anterior, los 46 kilómetros nos parecía muy poco, además que al mirar el mapa el camino hacia delante debería estar a nuestro favor, así que decidimos continuar.

Desde Villa Tehuelches avanzas un par de kilómetros y el camino comienza a girar rumbo al sur-este, el viento nos pega de cola y nos empuja hasta en la subidas.

En el kilómetro 64 a nuestra derecha en medio de la pampa vemos enormes estructuras, las que fueron levantadas entre la estepa patagónica como un homenaje al Viento.

 Monumento al Viento


En el kilómetro 84 nos encontramos con trabajos en la ruta, justo en el cruce del camino que te lleva a Río Gallegos, donde el camino gira en sentido sur-oeste y el viento te pega de frente.

Este tramo es del terror, porque además de los trabajos, donde el camino se hace más estrecho, le sumas el viento el contra y además el tráfico que cambia abruptamente, ya que vas por el camino que viene de Argentina y por nuestra experiencia, los argentinos no son muy amigables con los ciclistas en cuanto a tomarnos distancia al pasarnos y además a la alta velocidad con que suelen transitar.  

Eran las 6 de la tarde y estábamos metidos en este camino con un tráfico que me cuesta tolerar (sobre todo luego de tener la carretera para nosotros), yo me sentía cansada, el tiempo de pedaleo que puedo soportar ya lo había pasado con creces y estaba avanzando a velocidad tortuga y no encontrábamos un lugar para detenernos y acampar, ya que el viento lo hacía más complicado.

Luego de un rato pedaleando el viento ya no molestaba, es como que Dios escucho mis suplicas y mágicamente el viento dejo de correr, esto al menos hacía más tolerable avanzar hasta encontrar un lugar apto para quedarnos.

En el kilómetro 104 nos encontramos con el cruce y el camino hasta Río Seco, y junto acá con un paradero un poco más grande que los vistos anteriormente y que parecía el refugio perfecto. Paramos y fuimos a ver el lugar pero al tratar de entrar el solo sentir su olor no me dejó entrar, ya que al parecer a alguien se le ocurrió "ingeniosamente" ocuparlo como baño. Lamentablemente debimos continuar por lo insalubre del lugar.

Continuamos por 10 kilómetros más, donde en cada pedaleo se me hace más difícil continuar, el cansancio me superaba, sentía además mis brazos dormidos en gran parte por lo tensión de pedalear por este camino sin berma y con autos que nos pasaban a gran velocidad.

Andrés se adelantó hasta llegar a Kon Aiken, yo apenas avanzaba y al llegar él ya había hablado con el carabinero del reten y podíamos acampar detrás de las instalaciones de Carabineros, protegiéndonos del viento con unas cabañas inhabilitadas que habían ahí. Solo debíamos esperar el cambio de turno para tener la aprobación de cabo que lo reemplazaría en el lugar.

El cabo a cargo muy amable con nosotros nos hizo pasar y esperar en el reten mientras veíamos en el televisor los entretelones de la gala del festival de Viña, se me hacía tan bizarro este panorama en medio de la pampa.

Finalmente al llegar el cambio de turno nos dieron el ok y armamos nuestra carpa, yo solo quería comer algo rápido y acostarme a dormir, pero cuando teníamos nuestra carpa armada llegó el Sargento a cargo del reten y nos dijo que como íbamos a acampar ahí, que en la noche venían los pumas y zorros, que mejor nos quedáramos en las cabañas porque nos protegería de estos animales, del frío y el viento. Mejor aún para nosotros, así que rápidamente desarmamos la carpa y nos refugiamos en la cabaña.

Este ha sido la jornada más agotadora de todo este viaje, el día donde más kilómetros hemos avanzado y el único día que termine arrastrando mis pies sobre los pedales para poder avanzar. 


Día 70,  23 Febrero 2014 - Punta Arenas

Descripción de la Ruta: Asfalto
Distancia Recorrida:32 km.

Hoy es nuestro último día de pedaleo y lo tomamos con calma, la intensa jornada de ayer no me permite estar en pie a las 6 AM como usualmente lo hacemos, y recién a las 9 comenzamos a levantarnos.

Luego de despedirnos del cabo del reten de Kon Aiken emprendemos la marcha hasta nuestra meta final, Punta Arenas. El día esta nublado y el viento al menos en este lugar parece no ser un problema a pesar de ir en dirección contraria al que usualmente corre.

Afortunadamente el tránsito es menor que el de ayer por la tarde, suponemos que es así por ser día domingo.

Al ingresar a Punta Arenas tomamos la ruta por la costanera, pero cambiamos de dirección cuando nos dimos cuenta que al ir frente al estrecho el viento nos pega fuertemente de frente.

Es un momento mágico, llegar a esta ciudad, recorrer sus calles llenas de cipreses sintiendo el amigable viento de hoy y pensando en toda nuestra aventura, en todos los kilómetros recorridos, en las personas y amigos que conocimos es algo que me hace sentir dichosa, orgullosa de este logro y de compartirlo con la persona que amo y en la ciudad que tanto nos gusta. Sin duda satisfechos pero con ganas de continuar pedaleando por muchos viajes más.



En Punta Arenas nos quedamos en casa de unos amigos, Margarita y Alejandro, quienes nos recibieron y acogieron como un par de hijos más, sus hijos grandes. Junto a ellos volvimos a disfrutar de la vida familiar, de largas conversaciones y de viajes que nos llevaron a conocer lugares sorprendentes como Punta Dungenes a 279 km de Punta Arenas, lugar donde nos permitieron subir al faro y contemplar la unión del Estrecho de Magallanes con el Atlántico.

Con ellos pasamos momentos inolvidables como la celebración de mi cumpleaños en Posesión, lugar donde vimos muchos zorros que nos seguían y nos rugían. Y también acá, en su casa, recuperé todos los kilos perdidos durante el viaje con la rica cocina de Margarita y con las facturitas de El Molino, una panadería recomendable en Punta Arenas.



Faro Punta Dungeness

Desde Punta Arenas también fuimos hasta Ushuaia pero en bus, la ciudad que se autodeclara como el fin del mundo, aunque estando ahí no logras sentirte así de lejos ya que el movimiento de esta ciudad (tanto turístico como industrial) te hace olvidar que estás en Tierra del Fuego. El costo de los pasajes a Ushuaia es de $30.000.- por persona solo de ida y desde Punta Arenas hay buses que van todos los días. El viaje en bus es de 10 horas aproximadamente, aunque todo depende del viento, ya que en nuestro regreso a Punta Arenas nos enfrentamos con un temporal de viento que tenía detenido el cruce por el Estrecho de Magallanes en Punta Delgada y debimos esperar más de 6 horas para cruzar.

  Canal Beagle - Ushuaia

Ushuaia representa el término de aventura de muchos viajeros, y acá tuvimos la fortuna de compartir con Familia Pedalera (Familia de Alemania que conocimos en Cochrane y que encontramos nuevamente en la ciudad de Calafate, donde me sorprendieron regalándome un hermoso asiento de cuero Brooks!), y ser testigos de su alegría y satisfacción por haber realizado tal hazaña. Nosotros aplaudimos su logro y su experiencia nos carga de fuerzas y ganas de seguir viajando por muchos años más. Esperamos volvernos a encontrar en ruta y quizás esta vez ver a Rönja avanzando por sus propios pedaleos.

Familia Pedalera listos para su regreso


Nuestro regreso a Santiago es desde Punta Arenas, donde
el clima ya comenzaba a comportarse de forma hostil, ya que a pesar de ser verano nos enfrentamos a fuertes lluvias, granizos y agua nieve en plena ruta alrededor de la ciudad.

Para volver a Santiago enviamos nuestras bicicletas en encomienda a través de Cruz del Sur (el costo por cada bicicleta fue de $11.000.-), y nosotros volveremos en avión. 

Después de tres meses se hace difícil volver ya que nos acostumbramos a la rutina de pedalear y acampar, y aunque extraño a mi familia y las comodidades de mi hogar siento que no habrá día en que no extrañe los paisajes de la Patagonia, su gente cariñosa, las historias, los nuevos amigos y compañeros de ruta que encuentras cada día. Es que después de vivir esta experiencia como un cicloviajero ya no hay vuelta atrás y viviré esperando con ansias el día de mi próximo destino a pedal. 



Mirador de Punta Arenas











5 comentarios: Leave Your Comments

  1. Extraordinaria historia , gracias por compartirla.

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  2. Yo me demore 16 horas de natales a puntarenas pedaleando

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  3. Uff que gran historia, gracias por compartir tu experiencia. Pronto espero hacer esta gran travesía muchos saludos!!!

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  4. Gracias por tus palabras y éxito en tu travesía!

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