Amigos pedaleros, compartimos con ustedes detalles de nuestro recorrido por el hermoso Parque Nacional Conguillio que se encuentra en la Región de la Araucanía.
Partimos desde Melipeuco hacia el parque, donde recorrimos con nuestras bicis la zona del Escorial, que se compone en su mayoría por extensiones de lava seca producto de antiguas erupciones del Volcán Llaima.
Pudimos disfrutar en nuestra llegada de un cálido día soleado para después sorprendernos y alegrarnos con la nieve que de manera inédita se hizo presente en pleno noviembre.







Cuando el clima se compuso, pudimos disfrutar del trekking a Sierra Nevada para observar el lago Conguillio junto al imponente volcán Llaima. Además visitamos la colorida laguna Arcoiris y el sendero Los Carpinteros donde pudimos conocer a la araucaria madre que posee mas de 1500 años.
Sin duda un gran destino para recorrer en bicicleta, ya que la la ruta a pesar de que va subiendo desde Melipeuco hacía el interior del parque, no presenta una mayor dificultad.
A continuación les mostramos el detalle de la ruta que subimos a Wikiloc e imágenes captadas en nuestra estadía en el parque.


 
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Parque Conguillio Sierra Nevada - Arcoiris Parque Conguillio zona El Escorial


Recorrimos parte de la costa de la V y VI región en una travesía organizada por nuestro buen amigo Germán, de alforjas Avalancha.
A través de los caminos de la cordillera de la costa visitamos los poblados de Litueche, Puertecillo, Matanzas, Navidad, La Boca y Rapel.
Un ruta difícil, con caminos de ripio con mucha calamina  y cuestas que hacían imposible pedalear pero que hacían disfrutar aún más llegar a destino junto a la compañía de pedaleros tan locos como maravillosas personas.


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Ruta de los Cuatro Vientos







Día 6, Sábado 12 de abril de 2014 - Talca

Luego del desayuno tomamos nuestras bicicletas junto a las alforjas y fuimos directo a la estación de trenes de Talca. Hace varios años habíamos realizado el viaje Talca-constitución en el ramal y la experiencia fue espectacular y ya era hora de repetirlo. 

No estábamos seguros de poder subir al tren nuestras bicicletas, ya que los vagones son estrechos, pero para nuestra sorpresa si nos permitieron subirlas pagando un cargo adicional de $1500 por cada bicicleta, además del pasaje tuvo un costo de $2100.-

Solo hay dos viajes durante el día, uno muy temprano tipo 7 AM y el segundo (el cual tomamos), a las 16:30. Nuestras bicicletas las amarramos con pulpo al final de uno de los vagones junto a los canastos vacíos de algunos de los pasajeros, tuvimos la precaución de dejarlas bien apretadas ya que el movimiento de este tren es un vaivén fuerte y constante, un movimiento similar al de cabalgar al trote de un caballo.

El viaje en el ramal es precioso ya que vas bordeando el río Maule y en medio de campos a los cuales solo es posible acceder en tren, ya que no existen caminos para llegar a él. El ambiente en el ramal y en cada estación es muy campestre, aunque no tuvimos la fortuna de encontrarnos con la señora que vende pan amasado y tortillas con chicarrones. 

Ramal Constitución - Talca

Llegamos de noche a Talca y un poco desconsertados ya que en una ciudad es más difícil encontrar alojamiento con facilidad, así que Andrés optó por preguntar en la estación a uno de los guardias quien nos envío directo al Hostal Los Tres Mosqueteros, que quedaba a cinco cuadras aprox. de distancia de la estación de trenes. Yo solo seguí donde nos indicó, "para allá", ya que estaba totalmente desorientada si era norte o sur.

Llegamos rápidamente al Hostal, que tiene un amplio y seguro patio para guardar nuestras bicicletas. Aunque nosotros siempre con la precaución de dejarlas con U-lock para dormir tranquilos y tener la seguridad de que al partir del lugar podamos hacerlo pedaleando. El alojamiento nos costó $16.000 por una habitación con baño privado.

Día 7, Domingo 13 de abril de 2014 - San Clemente

Nos levantamos con tranquilidad ya que Andrés no quiso salir a primera hora para poder ver un partido de Futbol, hoy juega Colo Colo con Rangers de Talca y es la última fecha del torneo. 

Almorzamos viendo este partido, en el restaurant que está justo al lado del Hostal. Y aunque yo no disfruté mucho mi almuerzo porque el pollo estaba muy grasoso, Andrés estaba feliz porque Colo Colo ganó y esto lo hizo campeón de este torneo. 

Apenas terminó el partido salimos de Talca rumbo a San Clemente. Nos costó mucho salir de Talca, nos perdimos un par de veces pero preguntando finalmente lo logramos. 

Los primeros kilómetros junto a nosotros transitaban muchos autos, pero el camino tiene una amplia berma para pedalear con tranquilidad.

En el kilómetro 20 llegamos a San Clemente y nos quedamos en el único hostal que encontramos en el camino. Una amplia casa adaptada como hostal donde nos reciben fríamente y nos entregan una pieza igual de fría. El lugar estaba con rejas y protecciones por todos lados lo que nos llamó la atención ya que es un pueblo rural y ni siquiera en Talca vimos tal nivel de resguardo. El costo de la habitación con baño compartido es de $20.000.-

Luego de recorrer San Clemente volvimos al hostal donde prendimos el televisor y nos enteramos del lamentable incendio que destruía Valparaiso, imágenes terribles que nos dejaban desanimados ad hok al animo del ambiente de este lugar.

Día 8, Lunes 14 de abril de 2014 - San Clemente

Salimos de San Clemente en una fría mañana que nos recordaba que estábamos más cercanos a la cordillera.

Los primeros 17 kilómetros de pedaleo fueron en un  terreno practicamente plano y de asfalto. Aun así me sentía cansada por lo que el terreno debe tener un pequeña pendiente en contra.

En el kilómetro 17 tomamos el desvío a Vilches Alto donde el camino comienza claramente a subir y me costaba mucho mantener el ritmo en las subidas, por lo que debía descansar, respirar un minuto y luego continuar.

 Camino a Vilches Alto

El camino es cuesta arriba hasta el kilómetro 22, luego se vuelve más amigable permitiéndonos avanzar con mayor velocidad y constancia. 

Hasta el kilómetro 30, donde termina el asfalto y comienza un ripio del terror, y una fuerte pendiente. En este camino me costó mucho avanzar ya que la cuesta nunca terminaba y el calor se hacía presente. Con mucha dificultad avancé hasta el kilómetro 40 y empujando apenas mi bicicleta. Ahí Andrés me propuso cambiar bicicletas, ya que la suya tiene más cambios y al probarla la sentí mas liviana y podía pedalear al menos pero haciendo un millón de paradas para descansar. 

Cerca del kilómetro 43 hicimos una larga parada en un kiosko para comprar comida, descansar y tomarnos una coca cola bien helada, pero luego de ver la hora nos dábamos cuenta que debíamos avanzar, ya que faltaba cerca de 1 hora para el cierre de la reserva Altos de Lircay.

Frente a esto Andrés toma la delantera para llegar al parque con tranquilidad, yo atrás rendida solo empujaba su bicicleta ya que las fuerzas no me daban para mas.

En el kilómetro 47 cuando Andrés llega a la administración de Conaf, nos registra y me llama al celular para saber donde voy, y estoy justo en la entrada de la reserva, un kilómetro atras. 

Andrés como todo un héroe va a mi encuentro ya que lo que seguía era la peor parte, un camino para tractores por lo destrozado del lugar. Él llega en mi bicicleta sin las alforjas para hacer el cambio nuevamente, todo una maravilla de manejar. Como no amarlo, si él sin duda es el mejor compañero de vida y de aventuras.

Muy cansados llegamos al sitio de camping de la reserva Altos de Lircay, un lugar precioso lleno de vegetación, densos bosques y mucha fauna alrededor.

 Reserva Altos de Lircay

Por la fecha eramos los únicos en el lugar, pero siempre vimos gente de la administración revisando las instalaciones, el gas, limpiando los alrededores, para que todo este perfecto para los campistas como nosotros y los que vendrán en el fin de semana largo que se avecina.

Acá nos quedamos 4 días, descansando y realizando algunos senderos pero los de poca exigencia, si, esos para niños, ya que era suficiente para nosotros el estar ahí disfrutando de la naturaleza.

Dentro de la fauna destacó la compañía del zorro de Lircay, que nos visitó un par de veces y nos entretuvo una tarde completa observándolo hasta que nos ladró y ahí lo dejamos tranquilo. También vimos muchas aves como los come tocino y carpinteritos que habían por montones en las mañanas, también vimos lagartijas de colores e insectos que nunca había visto antes.

 Zorro en Altos de Lircay

Sin duda Altos de Lircay es un hermoso lugar para volver, pero no creo que sea pedaleando, aunque lo mejor de haber ido en bicicletas fue el retorno, una bajada constante que en 4 horas te deja en Talca sin mayor esfuerzo.





Al llegar a casa luego de recorrer la Patagonia, nuestras ganas de seguir viajando y pedaleando continuaban tan vivas como el calor que nos golpeó desde el primer instante en que pisamos Santiago. Teníamos el tiempo, el equipo y las ganas de vivir una nueva travesía y solo nos faltaban nuestras bicicletas que viajaban a través de encomienda y que tardaron 2 semanas en llegar debido a la tormenta de viento que enfrentó la región de Magallanes y que hacía imposible embarcarlas.

Fueron dos semanas que aprovechamos para renovar parte del equipamiento como la carpa y ollas, por unas de mejor calidad y asi evitariamos los problemas vividos en nuestro viaje anterior.

Nuestro plan inicial era comenzar en uno de los destinos más recurrentes para nosotros, Pichilemu, y desde ahí continuaríamos por la costa hasta llegar a Concepción. En este capítulo relataremos la primera etapa de nuestro viaje hasta Constitución, y luego continuaremos la historia contándoles y explicando el como cambiaron nuestros planes.



Día 1, lunes 7 de abril de 2014 - Bucalemu

Llegamos a Pichilemu hace 4 días atrás para disfrutar de la tranquilidad de este lugar en un mes como abril. Compartimos estos días junto a Camilo, primo de Andrés, con quien disfrutamos de las bondades de la cocina de Pichilemu como las empanadas fritas con abundante queso, churros chorreando en manjar, fresco pescado frito y para culminar la estadía una contundente chorrillana. Sin duda la grasa nos pasará la cuenta durante el pedaleo de los próximo días.

Hoy lunes comenzamos a pedalear rumbo a Bucalemu, por un camino ya conocido por nosotros ya que recorrimos con anterioridad pero en invierno con un clima más rudo y sin equipamiento para acampar.

En el kilómetro 6 y recién iniciado nuestro viaje realizamos la primera parada en Punta de Lobos, una parada obligada si vas a Pichilemu ya que cuenta con una vista privilegiada del mar, con unos enormes roquerios, aves que lo habitan y los surfistas que sortean las olas de este lugar.

 Andrés en Punta de Lobos

El camino es asfaltado y se encuentra en perfecto estado, además es practicamente plano hasta llegar a Cahuil en el kilómetro 14, y luego de cruzar el puente que atraviesa la laguna de Cahuil comienza una gran subida que se extiende hasta el kilómetro 30. Para mi esta subida fue tortuosa de realizar la primera vez, debiendo hacer muchas paradas para descansar y recobrar el aliento. Sin embargo, está segunda vez no me costo mucho, lo que me puso muy contenta ya que el entrenamiento y viaje daban frutos en mi rendimiento.

Este camino cuesta arriba sin duda se disfruta mucho ya que el estado del camino es bueno, el transito de vehículos es muy poco y a medida subes logras tener una vista en altura de la costa y de todo lo que vas dejando atrás. Durante este tramo hay dos miradores para tomar un descanso, comer un snack y contemplar el lugar.

 Camino a Bucalemu

En el kilómetro 30 comienza la merecida bajada con una espectacular vista de los bosques y el mar. Debimos abrigarnos antes de bajar ya que logras gran velocidad y el fresco aire marino puede hacer que te congeles las manos y resulte peligroso a la hora de frenar.

En el kilómetro 37 llegamos a Bucalemu, buscamos un camping para quedarnos pero los dos que vimos estaban cerrados, abandonados y en un estado cuestionable así que finalmente nos quedamos en la Hostería El Arriero donde intercambiamos historias y viajamos por el mundo a través de ellas junto a una entretenida conversación con Daniel, dueño y administrador del lugar, quien comparte nuestro espíritu viajero.

Día 2, Martes 8 de abril de 2014 - Reserva Laguna Torca

Mientras amanecía veíamos desde la ventana de la hostería como la neblina bajaba desde los cerros para posarse sobre las calles del pueblo. 

Eran las 9 de la mañana y comenzamos a pedalear en medio de una densa neblina que nos acompañó por 8 kilómetros hasta llegar a las Salinas de Lo Valdivia. El camino era tranquilo y el paisaje nos mostraba el lado campestre de la costa de la sexta región.

 Salinas de Lo Valdivia

Después de las Salinas continuamos nuestro camino hacía Boyeruca y en el Kilómetro 11 tomamos el desvío hacía Llico. Íbamos muy atentos a este desvío para no tomar el camino que te lleva a Laguna Vichuquén (el que está luego del puente) ya que este se aleja de la costa. Esta ruta alternativa a LLico es una ruta que no aparece en algunos mapas y es que el camino es de tierra, a veces de arena, y comienza con una subida muy dura que hace imposible pedalear. Este desvío se encuentra a 1 kilómetro de Boyeruca. 

En esta ruta por la cordillera de la Costa entramos a la séptima región, por un camino que va arriba de los cerros y son 7 kilómetros cuesta arriba empujando la bicicleta la mayor parte del camino, pero con una hermosa vista que hacía que todo el esfuerzo valiera la pena.


Subiendo en camino costero rumbo a Llico

Cuando comienza la bajada finalmente pude subirme a la bicicleta hasta llegar en el kilómetro 22 a la Reserva Laguna Torca, donde al fin pudimos estrenar nuestra nueva y espaciosa carpa. 

Camping Reserva Laguna Torca

Durante la tarde fuimos hasta Llico a conocer el lugar, la playa, la reserva Laguna Torca y abastecernos de víveres y del infaltable pan.

Este día y durante la noche disfrutamos el último capitulo de nuestra serie favorita del último tiempo y que nos acompañó durante todo nuestro viaje al sur. Walter White, te vamos a extrañar.



Día 3, Miércoles 9 de abril de 2014 - La Pesca

Eran las 10 de la mañana y continuamos nuestro viaje, demasiado tarde para nuestro gusto y sentimos que en tan poco tiempo perdimos nuestra la habilidad ganada de levantar camping con rapidez.

El sol pegaba fuerte y a un kilómetro de pedaleo comenzamos a subir una nueva cuesta por los cerros de la región. Esta vez el camino fue más difícil ya que es un camino de tierra suelta que al menos para mi fue imposible pedalear y fueron varias horas empujando la bicicleta, además el intenso sol hacía más tortuosa esta travesía. En este camino transitaban más autos los que nos hacían comer tierra cada vez que pasaban.

La cuesta fue interminable y cuando pensábamos que estábamos en la cima y comenzamos a bajar, el camino nos enfrentaba a una nueva subida que cada vez se hacía más difícil sortear.

Lo interesante de subir siempre son las hermosas vista y este caso no fue la excepción, ya que estar arriba de la Cordillera de la Costa te permite contemplar el mar por un lado, y el Lago Vichuquén y la Cordillera de Los Andes por otro lado.

 Camino a Lipimavida con vista al Lago Vichuquén

Recién el el kilómetro 13 nos encontramos con el desvío a Lipimavida que nos trae la tan esperada bajada. Una bajada que debimos tomar con precaución ya que el camino no estaba en buen estado a causa de la calamina y de un denso polvo que atrapó nuestras ruedas y dejó tanto a nuestras bicicletas como a nosotros cubiertos de un polvo amarillento.

En el kilómetro 22 pisamos el ansiado y plano pavimento, una delicia luego de la cuesta que enfrentamos. Pero claro, como nada es perfecto el viento en contra nos daba lucha y se hacía pesado avanzar, pero prefiero este viento fuerte, fresco, que te pega en la cara a la difícil cuesta y el fuerte sol que enfrentamos antes.


En Duao nos tomamos un descanso rendidos por el olor a pescado frito que sentimos en todo el camino, y luego de recargar pilas continuamos pedaleando rumbo a Iloca buscando un camping donde pasar la noche.



Caleta Duao

Lamentablemente no encontramos ningún camping habilitado en Duao ni Iloca y se nos acababa la tarde y el cansancio ya estaba llegando a su peak. Así fue como llegamos a La Pesca, y nos quedamos en un Hostal, quizás el único de este lugar, donde nos cobraron solo $10.000.- por la habitación.


Día 4, Jueves 10 de abril de 2014 - Constitución

Comenzamos a pedalear a las 8:30 de la mañana, el tráfico era escaso lo que permitía disfrutar el viaje junto al sonido del mar y de las aves. 

El camino continua plano y rodeando el Río Mataquito con el hermoso espectáculo de muchas de aves que vimos en el lugar, entre ellas flamencos y garzas.

Disfruté mucho este tramo, ya que estas gran parte del tiempo pedaleando en el plano y con hermosos paisajes rodeados de mar, verdes arboles, muchas especies de aves y animales. Cada kilómetro era digno de parar para contemplar su entorno y escuchar en silencio el sonido de la naturaleza.



Camino a Putú

En el kilómetro 35 nos detuvimos en Putú para descansar, comer algo y así recobrar energías para continuar nuestro camino a Contitución.

A pesar que el camino ha sido amigable hasta ahora, me siento cansada y quizás es agotamiento acumulado por los días anteriores, ya que las cuestas recién hasta hoy nos dieron respiro.

Hacía Constitución debíamos tener más precaución por los autos, ya que los camiones madereros pasan muy seguido y a gran velocidad, pero afortunadamente respetando la distancia con nosotros.


Pasada las 13 horas el viento comienza a correr más fuerte y nos pegada de frente, el ritmo se hacía más lento y los pocos kilómetros que nos faltaban para llegar a destino se me hacían eternos.

A lo lejos vemos como el camino se interna en un cerro, y yo con sentimientos encontrados ya que eso significaba que estábamos cerca de Constitución, pero ya no tenía fuerzas para subir una nueva cuesta. 

La cuesta se extiende por tan solo 2 kilómetros, por un camino pavimentado y en muy buen estado, pero me fue difícil pasarla. Mis piernas estaban fundidas y cada 200 metros debía parar para recobrar fuerzas. Finalmente termina la cuesta y comenzamos a pedalear por el puente que atraviesa el Río Maule y este se venía largísimo, con una pequeña pendiente en contra y con el viento que nos pegaba de frente en la cara, pero ya estábamos ahí, en Constitución que lucía hermosa entre el Río, el Mar y las montañas.

 Puente del Río Maule

En el kilómetro 57, una vez cruzando el puente no quise ni siquiera mirar como continuaba el camino hacía el sur, ya que continuaban por los cerros y por lo tanto continuaban las cuestas que me tenían tan cansada.

Desde el puente bajamos a Contitución, y comenzamos a recorrer y recordar sus calles, que visitamos en el 2007, como si fuera ayer cuando pisamos este lugar. Sin pensarlo demasiado llegamos directo al hostal que visitamos antes, Hostal Tía Herminda, donde por solo $15.000.- nos dieron una habitación con baño privado y la siempre amena compañía de los dueños y familiares.

Constitución es un lugar que nos gustó mucho la primera vez que lo visitamos, y que sabíamos que regresaríamos, aunque nunca pensamos que lo haríamos sobre nuestras bicicletas y fue la mejor forma de volver para recorrer su hermosa costanera, su antigua plaza y la ribera del río con la triste evidencia de la tragedia vivida en el tsunami del 2010.



En Constitución nos quedamos dos noches para recuperar fuerzas y continuar nuestro camino, y en nuestra última noche leyendo información de la ruta hasta Chanco, y luego hasta Concepción, destacaban siempre las cuestas para acceder a cada uno de los pueblos, y a pesar de que esta información ya la teníamos fue distinto leerla con varias cuestas encima, ya que nos hizo dudar de nuestro destino final y nos instó a tomar el mapa para buscar otras alternativas para continuar desde acá. Yo extrañaba la cordillera, poder acampar y sentir el frío de la montaña, de todas las alternativas nos quedamos con Vilches, un lugar que siempre habíamos querido visitar y que esta era la oportunidad perfecta para llegar hasta allá. 

Resulta contradictorio ya que la cordillera de la costa nos alejó de nuestro destino inicial por el cansancio de enfrentar nuevas cuestas, y el llegar a Vilches implica subir a una altura 3 veces superior a las enfrentadas, pero llegar a la cordillera, internarse en la naturaleza y formar parte de ella nos motivó tanto que el esfuerzo no importó ya que igualmente valdría tres o más veces la pena.












El Álbum de fotos de este tramo lo pueden ver en la siguiente publicación: Fotos tramo7










Día 70,  21 Febrero 2014 - Morro Chico


Descripción de la Ruta: Asfalto
Distancia Recorrida:96 km. 

Este es nuestro último tramo de nuestra travesía por la Patagonia con 242 kilómetros para pedalear, lo que nos tomará 3 días de acuerdo a lo planificado, aunque de todas formas llevamos provisión para un día más ya que con el viento de la pampa es mejor estar preparados en caso de cualquier eventualidad.

Comenzamos a la 7 de la mañana a pedalear a pesar que la noche anterior no dormimos bien ya que estuvimos hasta tarde probando el cierre con velcro de nuestra carpa, y porque el viento comenzó a correr muy fuerte durante la noche, y por el ruido y el temor que cualquier ciclista le tiene al viento me costó conciliar el sueño.

Salimos de Puerto Natales para tomar la ruta 9, es un día nublado y el viento continua pegando fuerte. 

A esta hora el tráfico es débil, pero de igual forma debíamos ir con precaución ya que el camino no cuenta con berma, y porque los pocos autos que pasan lo hacen a gran velocidad.

A medida que pedaleo siento la bicicleta pesada, me detengo a revisarla pero todo se encuentra normal, puede ser el viento que hace resistencia, o puede ser que desde hace dos semanas no pedaleaba con toda la carga y ya perdí la costumbre... bueno, pueden ser ambas, aunque el viento parece favorecernos.

El camino es prácticamente plano y en el kilómetro 20 aproximadamente el viento claramente nos pega de cola, ayudándonos mucho a avanzar ya que fácilmente sin pedalear alcanzamos velocidades entre 20 a 30 km/hr. 

Cuando el camino continuaba con una curva debíamos tener especial cuidado ya que el viento nos empujaba hacía el otro lado del camino con tanta facilidad que solo frenando podíamos evitar que nos empujara.




Pedaleando en la Ruta 9



El viento me obligó a abrigarme, tapándome bien sobre todo los oídos, ya que con la fuerza el viento se mete por todos lados por lo que debimos usar cortaviento hasta en las piernas.

La mayor parte del camino el viento nos empuja y nos hace tan fácil la tarea que incluso me empezó a dar sueño sobre mi bicicleta y terminé dando un par de pestañeadas que me sacaron del camino, algo muy peligroso si hubiese sido una carretera más transitada. Luego de la segunda pestañeada que me llevo hasta el otro lado del camino me dio tanto susto que se me paso todo el sueño y continué muy alerta al camino.

Eran recién las 15 horas e ingresábamos a Morro Chico habiendo avanzado casi 100 kilómetros. Este es un pequeño poblado que ni siquiera cuenta con almacén ni hostería, mucho menos camping. Un pueblito que cuenta con un reten de Carabineros y frente a él un paradero cerrado, una especie de casa de muñecas habilitado para esperar los buses resguardados del fuerte viento que hay en este lugar. 

Morro Chico desde el camino

A pesar de ser temprano nos detuvimos acá de acuerdo a lo planificado, y comenzamos a acondicionar la pequeña casita para pasar acá la noche. Uno de los cristales estaba roto y lo tapamos con una parte de nuestro footprint y con duct tape. También estaba lleno de tierra y con nuestra mini escoba barrimos el lugar.

Cuando vimos movimiento en el retén de carabineros fuimos a preguntar y avisar que estaríamos en esa casita, fue ahí cuando el oficial mayor a cargo de este retén nos ofreció un galpón para armar nuestra carpa. Este galpón esta justamente al lado del paradero y es una mejor opción para descansar.

Agradecimos el facilitarnos este lugar y comenzamos a armar nuestra carpa. El galpón se movía como si un gigante lo estuviera sacudiendo desde afuera. Es impresionante la fuerza del viento en este lugar, lo único que espero es no tenerlo de frente, al menos no por muchos kilómetros.

Pasamos una excelente tarde y noche en este lugar, aunque el viento no paro de correr ni tampoco bajó su intensidad, incluso de noche se sintió más fuerte y con el ruido del galpón al moverse era aterrador.


Día 70,  22 Febrero 2014 - Kon Aiken


Descripción de la Ruta: Asfalto
Distancia Recorrida:114 km. 

A las 9 de la mañana ya estábamos sobre el pavimento para una nueva jornada de pedaleo, nuestra meta para hoy no esta clara, nos gustaría llegar a Kon Aiken pero en este tramo el viento nos pegará de lado y no sabemos si seremos capaces de tener el mismo rendimiento de ayer para pedalear más de 100 km.

En el camino el viento comienza empujándonos pero al pasar el morro, el camino da vuelta y el viento nos pega de lado, con ráfagas que vienen de frente, lo que hace muy difícil avanzar. Las ráfagas te golpean y hacen que avances prácticamente a tirones. 

En el kilómetro 46 llegamos a Villa Tehuelches donde hicimos una parada para comer y tomar algo. Justo en el camino hay un almacén que tiene de todo, incluso unos panes amasados gigantes recién horneados. Yo llevaba el snack preparado para esta jornada, unos contundentes sandwich de salame con queso, pero con esta oferta el pan amasado gigante fue el reemplazo de los añejos panes que traíamos de Natales e hicimos un cambio de contenido... una maravilla, más aun con una coca cola muy helada. Todo un lujo en medio de la pampa.


Villa Tehuelches

En un minuto pensamos quedarnos acá, sabíamos de otros viajeros que acamparon en el estadio de este pueblito, pero recién eran las 14 horas y con el parámetro de avance del día anterior, los 46 kilómetros nos parecía muy poco, además que al mirar el mapa el camino hacia delante debería estar a nuestro favor, así que decidimos continuar.

Desde Villa Tehuelches avanzas un par de kilómetros y el camino comienza a girar rumbo al sur-este, el viento nos pega de cola y nos empuja hasta en la subidas.

En el kilómetro 64 a nuestra derecha en medio de la pampa vemos enormes estructuras, las que fueron levantadas entre la estepa patagónica como un homenaje al Viento.

 Monumento al Viento


En el kilómetro 84 nos encontramos con trabajos en la ruta, justo en el cruce del camino que te lleva a Río Gallegos, donde el camino gira en sentido sur-oeste y el viento te pega de frente.

Este tramo es del terror, porque además de los trabajos, donde el camino se hace más estrecho, le sumas el viento el contra y además el tráfico que cambia abruptamente, ya que vas por el camino que viene de Argentina y por nuestra experiencia, los argentinos no son muy amigables con los ciclistas en cuanto a tomarnos distancia al pasarnos y además a la alta velocidad con que suelen transitar.  

Eran las 6 de la tarde y estábamos metidos en este camino con un tráfico que me cuesta tolerar (sobre todo luego de tener la carretera para nosotros), yo me sentía cansada, el tiempo de pedaleo que puedo soportar ya lo había pasado con creces y estaba avanzando a velocidad tortuga y no encontrábamos un lugar para detenernos y acampar, ya que el viento lo hacía más complicado.

Luego de un rato pedaleando el viento ya no molestaba, es como que Dios escucho mis suplicas y mágicamente el viento dejo de correr, esto al menos hacía más tolerable avanzar hasta encontrar un lugar apto para quedarnos.

En el kilómetro 104 nos encontramos con el cruce y el camino hasta Río Seco, y junto acá con un paradero un poco más grande que los vistos anteriormente y que parecía el refugio perfecto. Paramos y fuimos a ver el lugar pero al tratar de entrar el solo sentir su olor no me dejó entrar, ya que al parecer a alguien se le ocurrió "ingeniosamente" ocuparlo como baño. Lamentablemente debimos continuar por lo insalubre del lugar.

Continuamos por 10 kilómetros más, donde en cada pedaleo se me hace más difícil continuar, el cansancio me superaba, sentía además mis brazos dormidos en gran parte por lo tensión de pedalear por este camino sin berma y con autos que nos pasaban a gran velocidad.

Andrés se adelantó hasta llegar a Kon Aiken, yo apenas avanzaba y al llegar él ya había hablado con el carabinero del reten y podíamos acampar detrás de las instalaciones de Carabineros, protegiéndonos del viento con unas cabañas inhabilitadas que habían ahí. Solo debíamos esperar el cambio de turno para tener la aprobación de cabo que lo reemplazaría en el lugar.

El cabo a cargo muy amable con nosotros nos hizo pasar y esperar en el reten mientras veíamos en el televisor los entretelones de la gala del festival de Viña, se me hacía tan bizarro este panorama en medio de la pampa.

Finalmente al llegar el cambio de turno nos dieron el ok y armamos nuestra carpa, yo solo quería comer algo rápido y acostarme a dormir, pero cuando teníamos nuestra carpa armada llegó el Sargento a cargo del reten y nos dijo que como íbamos a acampar ahí, que en la noche venían los pumas y zorros, que mejor nos quedáramos en las cabañas porque nos protegería de estos animales, del frío y el viento. Mejor aún para nosotros, así que rápidamente desarmamos la carpa y nos refugiamos en la cabaña.

Este ha sido la jornada más agotadora de todo este viaje, el día donde más kilómetros hemos avanzado y el único día que termine arrastrando mis pies sobre los pedales para poder avanzar. 


Día 70,  23 Febrero 2014 - Punta Arenas

Descripción de la Ruta: Asfalto
Distancia Recorrida:32 km.

Hoy es nuestro último día de pedaleo y lo tomamos con calma, la intensa jornada de ayer no me permite estar en pie a las 6 AM como usualmente lo hacemos, y recién a las 9 comenzamos a levantarnos.

Luego de despedirnos del cabo del reten de Kon Aiken emprendemos la marcha hasta nuestra meta final, Punta Arenas. El día esta nublado y el viento al menos en este lugar parece no ser un problema a pesar de ir en dirección contraria al que usualmente corre.

Afortunadamente el tránsito es menor que el de ayer por la tarde, suponemos que es así por ser día domingo.

Al ingresar a Punta Arenas tomamos la ruta por la costanera, pero cambiamos de dirección cuando nos dimos cuenta que al ir frente al estrecho el viento nos pega fuertemente de frente.

Es un momento mágico, llegar a esta ciudad, recorrer sus calles llenas de cipreses sintiendo el amigable viento de hoy y pensando en toda nuestra aventura, en todos los kilómetros recorridos, en las personas y amigos que conocimos es algo que me hace sentir dichosa, orgullosa de este logro y de compartirlo con la persona que amo y en la ciudad que tanto nos gusta. Sin duda satisfechos pero con ganas de continuar pedaleando por muchos viajes más.



En Punta Arenas nos quedamos en casa de unos amigos, Margarita y Alejandro, quienes nos recibieron y acogieron como un par de hijos más, sus hijos grandes. Junto a ellos volvimos a disfrutar de la vida familiar, de largas conversaciones y de viajes que nos llevaron a conocer lugares sorprendentes como Punta Dungenes a 279 km de Punta Arenas, lugar donde nos permitieron subir al faro y contemplar la unión del Estrecho de Magallanes con el Atlántico.

Con ellos pasamos momentos inolvidables como la celebración de mi cumpleaños en Posesión, lugar donde vimos muchos zorros que nos seguían y nos rugían. Y también acá, en su casa, recuperé todos los kilos perdidos durante el viaje con la rica cocina de Margarita y con las facturitas de El Molino, una panadería recomendable en Punta Arenas.



Faro Punta Dungeness

Desde Punta Arenas también fuimos hasta Ushuaia pero en bus, la ciudad que se autodeclara como el fin del mundo, aunque estando ahí no logras sentirte así de lejos ya que el movimiento de esta ciudad (tanto turístico como industrial) te hace olvidar que estás en Tierra del Fuego. El costo de los pasajes a Ushuaia es de $30.000.- por persona solo de ida y desde Punta Arenas hay buses que van todos los días. El viaje en bus es de 10 horas aproximadamente, aunque todo depende del viento, ya que en nuestro regreso a Punta Arenas nos enfrentamos con un temporal de viento que tenía detenido el cruce por el Estrecho de Magallanes en Punta Delgada y debimos esperar más de 6 horas para cruzar.

  Canal Beagle - Ushuaia

Ushuaia representa el término de aventura de muchos viajeros, y acá tuvimos la fortuna de compartir con Familia Pedalera (Familia de Alemania que conocimos en Cochrane y que encontramos nuevamente en la ciudad de Calafate, donde me sorprendieron regalándome un hermoso asiento de cuero Brooks!), y ser testigos de su alegría y satisfacción por haber realizado tal hazaña. Nosotros aplaudimos su logro y su experiencia nos carga de fuerzas y ganas de seguir viajando por muchos años más. Esperamos volvernos a encontrar en ruta y quizás esta vez ver a Rönja avanzando por sus propios pedaleos.

Familia Pedalera listos para su regreso


Nuestro regreso a Santiago es desde Punta Arenas, donde
el clima ya comenzaba a comportarse de forma hostil, ya que a pesar de ser verano nos enfrentamos a fuertes lluvias, granizos y agua nieve en plena ruta alrededor de la ciudad.

Para volver a Santiago enviamos nuestras bicicletas en encomienda a través de Cruz del Sur (el costo por cada bicicleta fue de $11.000.-), y nosotros volveremos en avión. 

Después de tres meses se hace difícil volver ya que nos acostumbramos a la rutina de pedalear y acampar, y aunque extraño a mi familia y las comodidades de mi hogar siento que no habrá día en que no extrañe los paisajes de la Patagonia, su gente cariñosa, las historias, los nuevos amigos y compañeros de ruta que encuentras cada día. Es que después de vivir esta experiencia como un cicloviajero ya no hay vuelta atrás y viviré esperando con ansias el día de mi próximo destino a pedal. 



Mirador de Punta Arenas





















Imágenes de una gran aventura en bicicletas organizada por Germán de Alforjas Avalancha. Esta ruta nos llevó desde Santiago a Til Til donde acampamos en el sector Las Brujas, en medio de los cerros, para luego subir la exigente cuesta La Dormida, casi en la cima de esta cuesta, tomamos el desvío a la localidad de Caleu, para llegar a acampar al sector El Llano donde conocimos su hermoso valle y presenciamos el imponente Cerro El Roble, para posteriormente bajar a Caleu y retornar a la localidad de Til Til y así regresar a Santiago.

Una entretenida salida con muy buenos compañeros de ruta que nuevamente hicieron más agradable vivir esta experiencia.








Acampando en Reserva Nacional Laguna Torca, Región del Maule.


Aquí te dejamos una suma de componentes que comprende nuestro equipo de camping, estos elementos fueron elegidos principalmente considerando su menor peso y volumen para llevarlos en las alforjas.


  • Carpa MSR Holler:  Esta carpa es para tres estaciones, tiene capacidad para tres personas, pesa 2,7 kg. y tiene impermeabilidad de 3.000 mm. Al ser para 3 personas, queda con espacio suficiente para poder guardar en su interior las alforjas, evitando así dejarlas en la entrada de la carpa. Esta es nuestra segunda carpa, ya que la primera utilizada condensaba mucho y además resultó dañada en sus varillas y cierres (luego de nuestro viaje por la Patagonia).

  • Footprint para la carpa: Este plástico es adecuado para poner entre el terreno y la carpa. Aísla la humedad y protege el material delicado del piso de la carpa. Existen footprint en tiendas de camping pero nosotros utilizamos mangas plásticas y puedes comprar la medida que quieras ya que este plástico se vende por metros en ferreterías.


  • Sacos de dormir Marmot Nanowave 45: Saco de dormir bastante liviano y compactable, ideal para guardar en la alforjas, soporta hasta 9,8° de temperatura confort y -2.7 de temperatura extrema.  Este saco posee relleno de SpiraFil, que provee insulación y calor incluso cuando se moja.  En caso de enfrentarnos a temperaturas más bajas complementamos utilizando primeras capas gruesas para dormir.

  • Almohadas comprimibles Therm a Rest:  Reduce su volumen hasta 1/4 de su tamaño normal. A nuestro parecer son imprescindibles para lograr comodidad y así conseguir un reparador descanso después de una ardua jornada de pedaleo.

  • Colchonetas Therm a Rest: Al ser de poro cerrado, hace que sean bien cálidas evitando que pase el frío desde el piso de la carpa, son muy cómodas, livianas y recomendables. Su diseño le permite plegarse como acordeón y al estirarla no se doblan los extremos. Además en su posición de plegado te permite utilizarlas como asiento.


  • Cocinilla Primus: Esta cocinilla es muy robusta, posee unas dimensiones muy reducidas y es muy ligera de peso (pesa 198 grs.).Una de las principales características es la eficiencia en consumo energético. Dispone de 3 pies para una correcta fijación en cualquier superficie y viene con un reflector de calor. Su diseño además nos entrega seguridad ya que la comida y líquidos calientes no quedan en altura, como suele suceder con las cocinillas enroscadas directamente al cilindro de gas.



  • Protector de viento para cocinilla: Elemento bastante útil cuando cocinas y necesitas proteger la llama de la cocinilla del intenso viento. Te ayuda a no desperdiciar el valioso gas. Es plegable,  liviano y se ajusta a tus ollas y sartenes.


  • Tostador de pan marca GSI: Resulta muy útil para calentar pan fresco y añejo, también es plegable, liviano y ocupa muy poco espacio dentro de la alforja.

Termo Outdoor Research: Aislante para botellas que permite llevar líquidos fríos o calientes. Pesa mucho menos que un termo y tiene similares características. Se ajusta a cualquier botella de 1 Lt Nalgene.


  • Set de Ollas Msr: Juego de dos ollas de aluminio. Hecho con material antiadherente para facilitar la limpieza, lo que te permite ahorra agua (material muy delicado y hay que tratarlas como mucho cuidado para no rayarlas). Tienen diseño compacto pero con espacio para añadir tazas y platos.

  • 2 Platos y vasos de silicona plegables Sea to Summit: Excelentes para reducir espacio. Los vasos a pesar de parecer pequeños tienen capacidad de casi 500 ml,   los platos eso sí, algo pequeños a nuestro parecer pero cumplen la función en peso   y volumen una vez plegados.


  • Servicio plegable:  De material plástico, son firmes, lo que permiten comer con seguridad y son livianos. Incluyen una espátula útil para cocinar. Además son compatible con las ollas antiadherentes ya que no las dañan.



  • Cuchillos Tramontina: Utilizamos estos cuchillos ya que no hemos encontrado cuchillos para camping con buen filo. Estos son los que usamos en casa, son livianos y ofrecen un corte muy preciso.


  • Tabla para picar de plástico: Ideal para las preparaciones de los distintos ingredientes del desayuno, almuerzo, etc. Muy liviana, Flexible y ocupa muy poco espacio en la alforja ya que es tan delgada como la tapa de una revista.



  • Ducha portatil Sea to Summit: De gran utilidad cuando acampas y no tienes baños o camarines donde ducharte, su bolsa soporta 10 litros en su interior y posee largas cuerdas que la puedes sujetar por ejemplo a ramas de un árbol.


  • Mini escoba y pala: Prácticos para mantener limpio y no dejar rastro de tu acampada. Además nos ha servido para limpiar nuestra carpa y bicicletas.


  • Par de cintillos con luz frontal: Esenciales para poder alumbrar y dejar ambas manos disponibles.

  • Botiquín:  Elemento esencial en cada viaje, este kit de Ortlieb contiene, rollo de cinta adhesiva, mini instructivo de primeros auxilios, un par de guantes quirúrgicos, dos gazas estériles y cinco parches autoadhesivos de distintas formas.


Este botiquín lo complementamos con el siguiente listado de medicamentos que llevamos en nuestros viajes:

  • Naproxeno (dolor de cabeza)
  • Loratadina (alergias estacionales)
  • Antigripales (síntomas de resfrio)
  • Ketoprofeno (anti-inflamatorio)
  • Imecol (dolor de estómago)
  • Viadil (dolor de estómago)
  • Omeprezol (recubridor de estómago)
  • Alcohol (desinfectante)
  • Hipoglos (coceduras de piel)
  • Aciclovir (afta o heridas bucales)
  • Calorub (crema para dolores musculares)

Este es el equipamiento esencial que llevamos en cada viaje con nuestras bicicletas. Hay otros elementos de uso cotidiano que también hay que considerar llevar en tus salidas:

  • Fósforos y encendedor. 
  • Lavaloza (Utilizamos marca Dawn porque rinde mucho).
  • Virutilla.
  • Esponja para lavar loza.
  • Paño para secar loza.

Todo este equipamiento, sumado a la indumentaria y a los víveres que detallaremos en un próximo post, suma un total aproximado de 23 kilos por cada uno. Este peso es adecuado para nuestras parrillas Topeak Explorer que soportan hasta 25 kilos.


Parrilla Topeak Explorer






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