Pueden ver el álbum de fotos de este tramo en el siguiente Link: Tramo 3.
Día 11, Miércoles 25 de diciembre – Amarillo
Descripción de la ruta: 24 km Asfalto, 10 km Ripio (Ida y Regreso)
Distancia Pedaleada: 34
Km
El día amanecía con muchas nubes y nuestro plan para hoy era llegar a El Amarillo para acampar, y a la mañana siguiente ir a las termas, pero el camino hasta el amarillo resultó tan relajado que decidimos continuar.
El día amanecía con muchas nubes y nuestro plan para hoy era llegar a El Amarillo para acampar, y a la mañana siguiente ir a las termas, pero el camino hasta el amarillo resultó tan relajado que decidimos continuar.
Pedalear a El Amarillo se
sentía como un paseo, el asfalto facilitaba mucho las cosas ya que avanzamos sin
mayor esfuerzo los 24 km hasta el desvío a las termas. El camino es
practicamente plano y el asfalto está en muy buen estado.
Llegando al sector de El Amarillo del parque Pumalín comienza el desvío que lleva hasta las termas. El camino se ve desde la ruta 7 que va cuesta arriba de un cerro y con una nube de polvo producto de los autos que transitan el lugar, a pesar de esto seguimos el desvío ya que luego de pedalear en plano necesitábamos un grado de dificultad.
Luego de 5 km. por camino de tierra llegábamos a las termas, su costo de ingreso es de $3700, las más económicas en toda la Carretera Austral. Acá pudimos disfrutar de un chapuzón en agua caliente por un rato, ya que estar demasiado tiempo en esta agua tirando vapor tampoco hace bien. Justo cuando nos salíamos del agua comenzaron a caer unas gotitas, y luego comenzó a llover.
Nos refugiamos en uno de los fogones del sitio de camping de las termas, ahí comimos algo y cuando la intensidad de la lluvia bajó, comenzamos a pedalear cuesta abajo, hasta llegar al camping El Amarillo.
Para llegar al camping cometimos un error, ya que ingresamos al desvío que hay justo en el letrero del Parque Pumalín que indica Camping a 1 Km, y luego de tomar este desvío, pedaleando cerca de 3 km bajo una intensa lluvia y no ver ningún camping regresamos al camino principal. Finalmente el camping estaba un 1 km pero sobre la misma ruta 7, justo donde está la gran explanada del Sector Amarillo está el ingreso al camping y luego de tomar este camino hasta aproximadamente 1 kilómetro hay un desvío que aconsejo tomar, ya que la otra alternativa es subir una escalera y con bicicleta y alforjas es más difícil.
Al llegar al sitio del camping nos encontramos con un refugio, el único del lugar, el cual estaba ocupado por un ciclista argentino al que despertamos con nuestra llegada y que amablemente nos invitó a compartir el único espacio techado del lugar. Esta noche compartimos una entretenida charla y una sopa caliente con Pablo, mientras a nuestro alrededor la lluvia caía intensamente.
Comenzamos a descender y poco a poco comenzamos a ver un pequeño pueblo, en medio de verdes montañas. Un descenso que disfrutamos por varios kilómetros.
Poco antes de llegar al Puente Rosselot nos encontramos con un camping donde alojar, pero preferimos seguir un par de kilómetros hasta La Junta para encontrar un hostal para pasar la noche ya que comenzaba a llover intensamente.
Cruzamos el puente Rosselot con una fuerte lluvia, y ni siquiera nos arriesgamos a sacar nuestras cámaras ya que con el agua se podían dañar. Frente a nosotros veíamos una gran subida, la pasé muy despacio por la lluvia y por el cansancio acumulado, justo sobre la subida se encuentra La Junta, un pueblo más grande los que hemos visto las últimas semanas.
En La Junta llegamos a la Residencia Marisel, por 10 mil p/p nos ofrece alojamiento y desayuno. La ventaja del lugar es que cuenta con un amplio comedor con una estufa a leña de combustión lenta donde secamos nuestra ropa en un par de horas.
Luego de cambiarnos ropa buscamos un lugar para comer y en la calle principal, junto a la ruta 7 hay 3 restaurantes cuyos precios promedio de 1 plato es de 6 mil p/p.
Durante este día y los 2 siguientes la lluvia no cedía, llovió con intensidad, con viento y con truenos. Un temporal como nunca antes habíamos visto, y en estas condiciones no nos arriesgábamos a pedalear.
Bordeando el cordón Barros Arana
Llegando al sector de El Amarillo del parque Pumalín comienza el desvío que lleva hasta las termas. El camino se ve desde la ruta 7 que va cuesta arriba de un cerro y con una nube de polvo producto de los autos que transitan el lugar, a pesar de esto seguimos el desvío ya que luego de pedalear en plano necesitábamos un grado de dificultad.
En el sector El Amarillo
Luego de 5 km. por camino de tierra llegábamos a las termas, su costo de ingreso es de $3700, las más económicas en toda la Carretera Austral. Acá pudimos disfrutar de un chapuzón en agua caliente por un rato, ya que estar demasiado tiempo en esta agua tirando vapor tampoco hace bien. Justo cuando nos salíamos del agua comenzaron a caer unas gotitas, y luego comenzó a llover.
Termas del Amarillo
Nos refugiamos en uno de los fogones del sitio de camping de las termas, ahí comimos algo y cuando la intensidad de la lluvia bajó, comenzamos a pedalear cuesta abajo, hasta llegar al camping El Amarillo.
Para llegar al camping cometimos un error, ya que ingresamos al desvío que hay justo en el letrero del Parque Pumalín que indica Camping a 1 Km, y luego de tomar este desvío, pedaleando cerca de 3 km bajo una intensa lluvia y no ver ningún camping regresamos al camino principal. Finalmente el camping estaba un 1 km pero sobre la misma ruta 7, justo donde está la gran explanada del Sector Amarillo está el ingreso al camping y luego de tomar este camino hasta aproximadamente 1 kilómetro hay un desvío que aconsejo tomar, ya que la otra alternativa es subir una escalera y con bicicleta y alforjas es más difícil.
Al llegar al sitio del camping nos encontramos con un refugio, el único del lugar, el cual estaba ocupado por un ciclista argentino al que despertamos con nuestra llegada y que amablemente nos invitó a compartir el único espacio techado del lugar. Esta noche compartimos una entretenida charla y una sopa caliente con Pablo, mientras a nuestro alrededor la lluvia caía intensamente.
Dia 12, Jueves 26 de Diciembre - Lago Yelcho
Descripción de la ruta: 19 km Asfalto, 9 km Ripio
Distancia Pedaleada: 28
Km
La
mañana amaneció nublada, aunque sin lluvia. La bomba de agua del
camping no funcionadaba, así que nos abastecimos de agua en el río
amarillo que corría junto al camping. Comenzamos a salir del camping, no
sin antes contemplar el entorno, el Parque Pumalín en este sector (El
Amarillo) es hermoso, un valle con matices verdes rodeado de montañas
nevadas.
Parque Pumalín - Sector Amarillo
El
camino continúa asfaltado y sin mayor dificultad para pedalear hasta el
kilometro 19, donde nos encontramos con Puerto Cárdenas. Un pequeño
pueblo al borde del lago Yelcho, que no cuenta con hostales, ni camping.
Aunque si hay cabañas, pero no valía la pena preguntar por su costo,
además aun era temprano y podíamos seguir pedaleando.
En
puerto Cárdenas vale la pena detenerse y contemplar el Lago Yelcho y
las montañas que rodean el lugar. Desde el pequeño embarcadero hay una
vista espectacular del lugar y hay muchas golondrinas que llegan en
busca de comida. Nosotros contemplamos este paisaje con un cielo nublado
y aun así quedamos maravillados.
Vista del Puente Yelcho desde Puerto Cárdenas
Continuamos
pedaleando por el enorme puente que cruza el lago, y justo al otro
extremo comienza el ripio, un ripio muy pedregoso, y un camino que
tímidamente comienza a ascender por el borde del lago. Luego de avanzar 9
km nos encontramos con Yelcho en la Patagonia, un centro turístico con
hotel, cabañas y camping. Los precios no eran muy amigables pero por el
lugar y su acceso al lago valía la pena pasar una noche acá. Su costo es
de $10.000.- por persona, y cuenta con agua caliente, quincho con leña,
sitios techados, wifi en el hotel y un personal muy buena onda.
Armamos
nuestra carpa y comimos unos accidentados tallarines, ya que se nos
rompió la cocinilla y terminó en el suelo la mitad de los fideos. Luego
mientras disfrutábamos nuestra comida comienza a llover nuevamente, con
una lluvia fina pero intensa, y producto del viento era muy mojadora.
Toda
esta tarde y noche la lluvia no nos dejó, pero es nuestra excusa
perfecta para encerrarnos en nuestra carpa y continuar viendo nuevos
capítulos de Breaking Bad en nuestro celular.
Día 13, Viernes 27 de Diciembre - Villa Santa Lucía
Descripción de la ruta: Ripio
Distancia Pedaleada: 26 km
Nos despedimos del Lago Yelcho para continuar hasta Villa Santa Lucía, el camino es 100% ripio y no se encuentra en buen estado, ya que hay muchas piedras sueltas producto de una obra de pavimentación abandonada debido a que la empresa quebró. Además de la dificultad del terreno debemos enfrentar la Cuesta Moraga, que personalmente es todo un desafío que me tiene aterrada.
Distancia Pedaleada: 26 km
Nos despedimos del Lago Yelcho para continuar hasta Villa Santa Lucía, el camino es 100% ripio y no se encuentra en buen estado, ya que hay muchas piedras sueltas producto de una obra de pavimentación abandonada debido a que la empresa quebró. Además de la dificultad del terreno debemos enfrentar la Cuesta Moraga, que personalmente es todo un desafío que me tiene aterrada.
Avanzamos
unos 6 km y nos encontramos con el Puente Vestisquero, desde donde se
logra ver el Ventisquero Yelcho. Bajo el puente hay un sitio para
acampada libre, lo que es una buena opción para pasar la noche y
comenzar con toda la energía a subir la famosa cuesta. Desde este punto
también parte un sendero para tener una mejor vista del vestiquero.
Lamentablemente, cuando pasamos estaba muy nublado y no logramos verlo
en todo su esplendor.
Continuamos nuestro camino para enfrentar de una vez por todas la Cuesta Moraga, el camino en la cuesta mejoraba afortunadamente, pero las pendientes me obligaban a dejar de pedalear, bajar de mi bicicleta y empezar a empujar. Subimos contando cada uno de los kilómetros, hasta llegar al kilómetro 19, que nuestra guia indicaba como el punto más alto de la cuesta. Celebramos nuestra llegada con frutos secos y mucha agua, y nos preparamos para la maravillosa bajada al valle.
Continuamos nuestro camino para enfrentar de una vez por todas la Cuesta Moraga, el camino en la cuesta mejoraba afortunadamente, pero las pendientes me obligaban a dejar de pedalear, bajar de mi bicicleta y empezar a empujar. Subimos contando cada uno de los kilómetros, hasta llegar al kilómetro 19, que nuestra guia indicaba como el punto más alto de la cuesta. Celebramos nuestra llegada con frutos secos y mucha agua, y nos preparamos para la maravillosa bajada al valle.
Vista del Villa Santa Lucia
Comenzamos a descender y poco a poco comenzamos a ver un pequeño pueblo, en medio de verdes montañas. Un descenso que disfrutamos por varios kilómetros.
En
el kilómetro 26 nos encontramos con Villa Santa Lucia, con cuatro
cuadras sobre la ruta 7. Eran las 14 horas, justo la hora de almorzar y
comenzamos a buscar un lugar para alimentarnos. Recorrimos las cuatro
cuadras y no encontramos nada, pero cuando pasamos la iglesia ingresamos al
pueblo y fue justo en la casa de la esquina que vimos una bicicletas
con alforjas estacionadas en esta casa así que fuimos a averiguar si
tenían almuerzo o alojamiento.
Nos
acercamos a la casa y nos recibió Tulio, muy sonriente y con la talla a
flor de labios. Su esposa María, nos ofreció almuerzo y alojamiento. En
la casa estaban dos cicloturistas españoles Marta y Javi, quienes
tienen 10 años de experiencia en viajes con sus bicicletas y muchas
países recorridos con nombres que es imposible recordar. Ellos
comenzaron su viaje en Chillán, pero luego tomaron la ruta de los 7
lagos argentinos para regresar a Chile por Futaleufú y continuar
avanzando la Carretera Austral hasta Torres del Paine.
En
casa de Tulio y María sin duda nos sentimos como en nuestro hogar, fueron
increíblemente amables con nosotros, nos acompañaron con una buena
conversación, nos prepararon unos ravioles memorables y nos dieron
muchos datos del camino que se nos venía. Fue acá que comenzó a darnos
vuelta la idea de tomar la ruta por Chile Chico.
Sin
duda este fue un buen día, descansamos, comimos y compartimos como
nunca, yo tenía muchas ganas de quedarme un día más, pero Andrés estaba
ansioso por continuar.
Iglesia de Villa Santa Lucia
Día 14, Sábado 28 de Diciembre - Playa Blanca
Descripción de la ruta: Ripio
Distancia Pedaleada: 38 km
Distancia Pedaleada: 38 km
Salimos temprano de Villa Santa Lucia ya que el camino hasta La Junta se venía largo.
Hoy
el cielo luce amenazante y caen del cielo algunas gotas de aguas, que
esperamos no aumente, al menos no hasta llegar a nuestro destino.
El
ripio desde Santa Lucia al sur esta en muy mal estado, el peor en el
que hemos pedaleado producto de las obras de pavimentación, pero al
menos los trabajos en esta fecha están detenidos hasta el 2 de enero por
los feriados de las fiestas de fin de año.
Fue
difícil avanzar, ya que sobre la carretera había una densa capa de
piedra que se tragaba los neumáticos de nuestras bicicletas. Producto de
lo mismo pinché la rueda trasera cuando no llevábamos ni 10 minutos de
pedaleo. Por la orilla del camino, al borde de la carretera, encontramos
un poco de terreno liso, y las huellas de las bicicletas de Marta y
Javi, las cuales seguimos y nos ayudó a avanzar con menos dificultad.
Avanzamos
30 km y nos encontramos con Villa Vanguardia, un conjunto de 8 casas
frente a una tranquila plaza que aprovechamos para descansar y comer
nuestro snack del día.
Villa Vanguardia
Continuamos pedaleando ya que estábamos cerca de ingresar a la región de Aysén lo que nos motivó a continuar.
Mientras
avanzamos las gotas cayeron con mayor fuerza y al llegar al kilómetros
33 una enorme señalética nos dio la bienvenida a región de Aysén!!
Obviamente en este punto celebramos, estábamos muy felices de llegar por
primera vez a esta región tan desconocida para nosotros y que estamos
seguros nos maravillará cada día.
Aysén
nos recibió con una fuerte lluvia y una gran subida, luego de la cual
nos espera la hermosa vista de la unión de los ríos Frío y Palena.
Unión de los ríos Frío y Palena
El
cielo se oscureció y eran apenas las 4 de la tarde, el agua caía cada
vez con mayor intensidad, nuestra ropa comenzaba humedecerse, así que
mientras pedaleábamos buscamos un sitio para poder refugiarnos de la
lluvia y poder armar nuestra carpa, ya que el resto de la tarde la
lluvia no se detendría.
Pedaleamos
5 kilómetros más, y lo hicimos rápido ya que el camino se inclinaba
levemente y los trabajos de pavimentación terminaron apenas cruzamos la
región. En Playa Blanca nos topamos con una de las pocas casas del
lugar, Andrés estaba empapadísimo y fue a conversar con la dueña de esta
casa pidiéndole un lugar para poder armar nuestra carpa, ella
amablemente nos prestó un establo que habíamos visto en el camino con la
única condición de no prender fuego.
En
el establo limpiamos un poco, armamos la carpa y nos pusimos ropa seca.
Eran las 6 de la tarde pero con la lluvia no había nada más que hacer
que disfrutar la calidez de la carpa con unos ricos sandwich viendo
nuestra serie favorita del viaje, Breaking Bad.
Eran
las 8 de la tarde aproximadamente y comenzamos a sentir el "beeeeer" de
las ovejas, se sentían muchas. Salimos rápidamente de la carpa y fuera
del establo, asomadas por la puerta habían muchas ovejas reclamando su
territorio. A pesar de no entrar estando nosotros, pusimos unas latas
para evitar que ingresen y terminen mordisqueando nuestras alforjas,
bicicletas o carpa. Finalmente se alejaron del lugar y pudimos dormir
pero siempre alerta en el caso de alguna valiente cabra saltarina.
Limpiando establo en Playa Blanca
Día 15, domingo 29 diciembre - La Junta
Descripción de la ruta: Ripio
Distancia Pedaleada: 30 km
Temprano nos despertó el ladrido de un perro ovejero que se llevaba a las ovejas que merodeaban el lugar. Nos levantamos de inmediato para poder llegar a La Junta y secar la ropa que la lluvia mojó en la jornada de ayer.
Temprano nos despertó el ladrido de un perro ovejero que se llevaba a las ovejas que merodeaban el lugar. Nos levantamos de inmediato para poder llegar a La Junta y secar la ropa que la lluvia mojó en la jornada de ayer.
Listo
para salir vemos en la ruta un par de caballos esperando que saliéramos
del establo, pasamos con nuestras bicicletas y a medida nos alejábamos
ellos entraban a su lugar que fue tomado por una noche.
Cuando
empezamos a pedalear no estaba lloviendo pero luego comenzó a llover y
tuvimos que parar para cubrirnos de la lluvia y no terminar tan
empapados como el día anterior. Lo que me falló principalmente fueron
los pantalones, ya que al pedalear se suben y permiten que la lluvia
moje calcetines y zapatillas. Improvisamos unas polainas hechas con
bolsas y funcionaron muy bien. En cuanto a Andrés, el llevó unos
pantalones Ferrino con cierre a lo largo de toda la pierna, y se pasaron
de inmediato.
El camino subía y bajaba constantemente pero lo hicimos sin mayor dificultad a pesar de la lluvia.
En
el kilómetro 17 nos encontramos con otro puente colgante, que cruza el
río Palena. La lluvia bajaba su intensidad lo que fue excusa para sacar un par de fotos y además descansar unos instantes para luego seguir pedaleando.
Puente Colgante Palena
Poco antes de llegar al Puente Rosselot nos encontramos con un camping donde alojar, pero preferimos seguir un par de kilómetros hasta La Junta para encontrar un hostal para pasar la noche ya que comenzaba a llover intensamente.
Cruzamos el puente Rosselot con una fuerte lluvia, y ni siquiera nos arriesgamos a sacar nuestras cámaras ya que con el agua se podían dañar. Frente a nosotros veíamos una gran subida, la pasé muy despacio por la lluvia y por el cansancio acumulado, justo sobre la subida se encuentra La Junta, un pueblo más grande los que hemos visto las últimas semanas.
En La Junta llegamos a la Residencia Marisel, por 10 mil p/p nos ofrece alojamiento y desayuno. La ventaja del lugar es que cuenta con un amplio comedor con una estufa a leña de combustión lenta donde secamos nuestra ropa en un par de horas.
Luego de cambiarnos ropa buscamos un lugar para comer y en la calle principal, junto a la ruta 7 hay 3 restaurantes cuyos precios promedio de 1 plato es de 6 mil p/p.
Durante este día y los 2 siguientes la lluvia no cedía, llovió con intensidad, con viento y con truenos. Un temporal como nunca antes habíamos visto, y en estas condiciones no nos arriesgábamos a pedalear.
Plaza de Pueblo la Junta
Nuestro
tercer día en La Junta fue especial, era el fin del año 2013 y
preparamos algo especial para celebrar este maravilloso año y dar la
bienvenida al próximo con mucha energía y ganas de pedalear.
Día 18, miércoles 1 de Enero 2014 - Puyuhuapi
Descripción
de la ruta: Ripio en su mayoría, con 3 km. aprox. asfaltados y en trabajo
de pavimentación.
Distancia
Pedaleada: 45 km.
Comenzamos
pedaleando este nuevo año 2014. Luego de varios días, guardadas a causa del
temporal, sacamos las bicicletas para continuar nuestra ruta. El día amanecía
nuevamente con lluvia, pero con menor intensidad.
Dejamos La Junta con la esperanza de pedalear sobre terreno pavimentado, ya que
lugareños nos indicaban que había por lo menos 15 km de asfalto saliendo de La Junta, pero una vez más fue distorsionada la descripción del estado del camino
y las distancias señaladas por gente que transita en auto por estos lugares, ya que
con suerte fueron 3 km, pero bien disfrutados. Este tramo se encuentra en
trabajo de pavimentación, y estimo que en el verano 2015 debería estar listo al menos
la mitad de este tramo.
En el km. 27 nos encontramos con el Lago Risopatrón, donde comienza a acompañarnos una
vegetación frondosa y selvática.
Lago Risopatrón
En este sector la lluvia comienza a caer con mayor fuerza y
apuramos el pedaleo para llegar cuanto
antes a Puyuhuapi. En esta ruta nos topamos con más cicloturistas: una pareja de
argentinos (que más adelante
conoceremos) y una parejas de ingleses
(que no volvimos a ver en el viaje). Nos saludamos brevemente sin dejar de
pedalear fuerte para llegar a nuestro destino a cambiar nuestra ropa mojada por
la lluvia.
En
el km. 44 comienza a asomarse Puyuhuapi y el hermoso
Fiordo que lo rodea. A primera vista te hace detener por unos minutos
para contemplar su belleza, un momento especial para nosotros ya que
justo al
llegar la lluvia cesó y comenzó a abrirse el cielo para mostrar un
cielo azul intenso, un espectáculo de la naturaleza.
Ingresando a Puyuhuapi
Ingresamos a Puyuhuapi buscando el camping La Sirena del cual
habíamos leído buenas recomendaciones. Para llegar a él recorrimos todo el
pueblo, que es muy pequeño (solo 3 calles), y por la orilla del mar logramos
ubicarlo.
Llegamos al camping justo en horario de almuerzo y, para
nuestra suerte, unos amigos argentinos que viajan en una van nos invitaron a
comer junto a ellos unos deliciosos tacos de cordero para recuperar energías, que
mejor bienvenida.
El camping tiene un quincho cerrado, con amplios mesones
para comer y con una cocina a leña que
aprovechamos para secar nuestra ropa. Don Elio y su señora Mausolina nos
recibieron con tanta hospitalidad y cariño que ameritaba quedarse y disfrutar
de su compañía e historias en este hermoso pueblo por un día más.
En unos de nuestros paseos por el pueblo nos encontramos
nuevamente con los españoles Javi y Marta, y que al igual que nosotros se detuvieron por 4 días esperando el cese de
la lluvia. Esperaban retomar la ruta al día siguiente y cruzar la temida cuesta
queulat.
Junto a Javi y Marta en la Plaza de Puyuhuapi
En
nuestra estadía en Puyuhuapi el tiempo fue muy inestable, con una
lluvia que iba y volvía. Esto permitió contemplar en dos oportunidades
un enorme y
colorido arcoíris desde la playa del pueblo.
Arcoiris en Playa de Pyuhuapi
Día 20, Viernes 3 de Enero 2014 - Parque Nacional Queulat
Descripción de la ruta: Ripio
Distancia Pedaleada: 23,5 km.
Sin
muchas ganas de partir dejamos Puyuhuapi luego de 2 días de estadía. El camino que
debemos seguir (ruta 7) es hermoso ya
que vamos bordeando en cornisa el canal Puyuhuapi y contemplando las islas y
montañas que lo rodean. Todas de un verde intenso a causa de la humedad de la
zona.
Vista de Ruta 7 desde Puyuhuapi
Luego
de
5 km. de pedaleo, aproximadamente, vemos el letrero que varios nos habían
mencionado. “Agua
Mineral Queulat” decía y corrimos con nuestras caramayolas para probar
tan sorprendente agua natural gasificada que brota de la tierra en un
pequeño charco de agua. La probamos y quedamos impresionados con su
sabor, su
sensación, tan similar al agua embotellada.
El camino
es prácticamente plano y sin mucha dificultad llegamos hasta el Parque Nacional Queulat
luego de 23,5 km. pedaleados. Ingresamos
con nuestras bicicletas hasta los estacionamientos, donde comienza el trekking
al mirador y ventisquero, mientras uno llega al estacionamiento se alcanza
a ver de lejos el ventisquero colgante con sus enormes cascadas.
Eran las 2 de la tarde así que rápidamente armamos nuestra carpa y preparamos algo para comer y volver a hacer el trekking al
ventisquero. Una vez de regreso al estacionamiento el ventisquero estaba tapado
en nubes y comenzaban a caer algunas gotas. Decidimos caminar solo al mirador,
ya que de todas formas las nubes no nos dejarían contemplar tan increíble ventisquero.
Una vez llegando al mirador la lluvia era intensa, así que volvimos al camping
con la esperanza de que la lluvia cesara durante la tarde pero no fue así, esta jornada llovió el resto del día y fue la excusa perfecta para descansar en la
carpa viendo nuestras series, y así recuperar fuerzas para
afrontar al día siguiente la cuesta Queulat.
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