Travesía de Costa a Cordillera 1: Pichilemu a Constitución

Al llegar a casa luego de recorrer la Patagonia, nuestras ganas de seguir viajando y pedaleando continuaban tan vivas como el calor que nos golpeó desde el primer instante en que pisamos Santiago. Teníamos el tiempo, el equipo y las ganas de vivir una nueva travesía y solo nos faltaban nuestras bicicletas que viajaban a través de encomienda y que tardaron 2 semanas en llegar debido a la tormenta de viento que enfrentó la región de Magallanes y que hacía imposible embarcarlas.

Fueron dos semanas que aprovechamos para renovar parte del equipamiento como la carpa y ollas, por unas de mejor calidad y asi evitariamos los problemas vividos en nuestro viaje anterior.

Nuestro plan inicial era comenzar en uno de los destinos más recurrentes para nosotros, Pichilemu, y desde ahí continuaríamos por la costa hasta llegar a Concepción. En este capítulo relataremos la primera etapa de nuestro viaje hasta Constitución, y luego continuaremos la historia contándoles y explicando el como cambiaron nuestros planes.



Día 1, lunes 7 de abril de 2014 - Bucalemu

Llegamos a Pichilemu hace 4 días atrás para disfrutar de la tranquilidad de este lugar en un mes como abril. Compartimos estos días junto a Camilo, primo de Andrés, con quien disfrutamos de las bondades de la cocina de Pichilemu como las empanadas fritas con abundante queso, churros chorreando en manjar, fresco pescado frito y para culminar la estadía una contundente chorrillana. Sin duda la grasa nos pasará la cuenta durante el pedaleo de los próximo días.

Hoy lunes comenzamos a pedalear rumbo a Bucalemu, por un camino ya conocido por nosotros ya que recorrimos con anterioridad pero en invierno con un clima más rudo y sin equipamiento para acampar.

En el kilómetro 6 y recién iniciado nuestro viaje realizamos la primera parada en Punta de Lobos, una parada obligada si vas a Pichilemu ya que cuenta con una vista privilegiada del mar, con unos enormes roquerios, aves que lo habitan y los surfistas que sortean las olas de este lugar.

 Andrés en Punta de Lobos

El camino es asfaltado y se encuentra en perfecto estado, además es practicamente plano hasta llegar a Cahuil en el kilómetro 14, y luego de cruzar el puente que atraviesa la laguna de Cahuil comienza una gran subida que se extiende hasta el kilómetro 30. Para mi esta subida fue tortuosa de realizar la primera vez, debiendo hacer muchas paradas para descansar y recobrar el aliento. Sin embargo, está segunda vez no me costo mucho, lo que me puso muy contenta ya que el entrenamiento y viaje daban frutos en mi rendimiento.

Este camino cuesta arriba sin duda se disfruta mucho ya que el estado del camino es bueno, el transito de vehículos es muy poco y a medida subes logras tener una vista en altura de la costa y de todo lo que vas dejando atrás. Durante este tramo hay dos miradores para tomar un descanso, comer un snack y contemplar el lugar.

 Camino a Bucalemu

En el kilómetro 30 comienza la merecida bajada con una espectacular vista de los bosques y el mar. Debimos abrigarnos antes de bajar ya que logras gran velocidad y el fresco aire marino puede hacer que te congeles las manos y resulte peligroso a la hora de frenar.

En el kilómetro 37 llegamos a Bucalemu, buscamos un camping para quedarnos pero los dos que vimos estaban cerrados, abandonados y en un estado cuestionable así que finalmente nos quedamos en la Hostería El Arriero donde intercambiamos historias y viajamos por el mundo a través de ellas junto a una entretenida conversación con Daniel, dueño y administrador del lugar, quien comparte nuestro espíritu viajero.

Día 2, Martes 8 de abril de 2014 - Reserva Laguna Torca

Mientras amanecía veíamos desde la ventana de la hostería como la neblina bajaba desde los cerros para posarse sobre las calles del pueblo. 

Eran las 9 de la mañana y comenzamos a pedalear en medio de una densa neblina que nos acompañó por 8 kilómetros hasta llegar a las Salinas de Lo Valdivia. El camino era tranquilo y el paisaje nos mostraba el lado campestre de la costa de la sexta región.

 Salinas de Lo Valdivia

Después de las Salinas continuamos nuestro camino hacía Boyeruca y en el Kilómetro 11 tomamos el desvío hacía Llico. Íbamos muy atentos a este desvío para no tomar el camino que te lleva a Laguna Vichuquén (el que está luego del puente) ya que este se aleja de la costa. Esta ruta alternativa a LLico es una ruta que no aparece en algunos mapas y es que el camino es de tierra, a veces de arena, y comienza con una subida muy dura que hace imposible pedalear. Este desvío se encuentra a 1 kilómetro de Boyeruca. 

En esta ruta por la cordillera de la Costa entramos a la séptima región, por un camino que va arriba de los cerros y son 7 kilómetros cuesta arriba empujando la bicicleta la mayor parte del camino, pero con una hermosa vista que hacía que todo el esfuerzo valiera la pena.


Subiendo en camino costero rumbo a Llico

Cuando comienza la bajada finalmente pude subirme a la bicicleta hasta llegar en el kilómetro 22 a la Reserva Laguna Torca, donde al fin pudimos estrenar nuestra nueva y espaciosa carpa. 

Camping Reserva Laguna Torca

Durante la tarde fuimos hasta Llico a conocer el lugar, la playa, la reserva Laguna Torca y abastecernos de víveres y del infaltable pan.

Este día y durante la noche disfrutamos el último capitulo de nuestra serie favorita del último tiempo y que nos acompañó durante todo nuestro viaje al sur. Walter White, te vamos a extrañar.



Día 3, Miércoles 9 de abril de 2014 - La Pesca

Eran las 10 de la mañana y continuamos nuestro viaje, demasiado tarde para nuestro gusto y sentimos que en tan poco tiempo perdimos nuestra la habilidad ganada de levantar camping con rapidez.

El sol pegaba fuerte y a un kilómetro de pedaleo comenzamos a subir una nueva cuesta por los cerros de la región. Esta vez el camino fue más difícil ya que es un camino de tierra suelta que al menos para mi fue imposible pedalear y fueron varias horas empujando la bicicleta, además el intenso sol hacía más tortuosa esta travesía. En este camino transitaban más autos los que nos hacían comer tierra cada vez que pasaban.

La cuesta fue interminable y cuando pensábamos que estábamos en la cima y comenzamos a bajar, el camino nos enfrentaba a una nueva subida que cada vez se hacía más difícil sortear.

Lo interesante de subir siempre son las hermosas vista y este caso no fue la excepción, ya que estar arriba de la Cordillera de la Costa te permite contemplar el mar por un lado, y el Lago Vichuquén y la Cordillera de Los Andes por otro lado.

 Camino a Lipimavida con vista al Lago Vichuquén

Recién el el kilómetro 13 nos encontramos con el desvío a Lipimavida que nos trae la tan esperada bajada. Una bajada que debimos tomar con precaución ya que el camino no estaba en buen estado a causa de la calamina y de un denso polvo que atrapó nuestras ruedas y dejó tanto a nuestras bicicletas como a nosotros cubiertos de un polvo amarillento.

En el kilómetro 22 pisamos el ansiado y plano pavimento, una delicia luego de la cuesta que enfrentamos. Pero claro, como nada es perfecto el viento en contra nos daba lucha y se hacía pesado avanzar, pero prefiero este viento fuerte, fresco, que te pega en la cara a la difícil cuesta y el fuerte sol que enfrentamos antes.


En Duao nos tomamos un descanso rendidos por el olor a pescado frito que sentimos en todo el camino, y luego de recargar pilas continuamos pedaleando rumbo a Iloca buscando un camping donde pasar la noche.



Caleta Duao

Lamentablemente no encontramos ningún camping habilitado en Duao ni Iloca y se nos acababa la tarde y el cansancio ya estaba llegando a su peak. Así fue como llegamos a La Pesca, y nos quedamos en un Hostal, quizás el único de este lugar, donde nos cobraron solo $10.000.- por la habitación.


Día 4, Jueves 10 de abril de 2014 - Constitución

Comenzamos a pedalear a las 8:30 de la mañana, el tráfico era escaso lo que permitía disfrutar el viaje junto al sonido del mar y de las aves. 

El camino continua plano y rodeando el Río Mataquito con el hermoso espectáculo de muchas de aves que vimos en el lugar, entre ellas flamencos y garzas.

Disfruté mucho este tramo, ya que estas gran parte del tiempo pedaleando en el plano y con hermosos paisajes rodeados de mar, verdes arboles, muchas especies de aves y animales. Cada kilómetro era digno de parar para contemplar su entorno y escuchar en silencio el sonido de la naturaleza.



Camino a Putú

En el kilómetro 35 nos detuvimos en Putú para descansar, comer algo y así recobrar energías para continuar nuestro camino a Contitución.

A pesar que el camino ha sido amigable hasta ahora, me siento cansada y quizás es agotamiento acumulado por los días anteriores, ya que las cuestas recién hasta hoy nos dieron respiro.

Hacía Constitución debíamos tener más precaución por los autos, ya que los camiones madereros pasan muy seguido y a gran velocidad, pero afortunadamente respetando la distancia con nosotros.


Pasada las 13 horas el viento comienza a correr más fuerte y nos pegada de frente, el ritmo se hacía más lento y los pocos kilómetros que nos faltaban para llegar a destino se me hacían eternos.

A lo lejos vemos como el camino se interna en un cerro, y yo con sentimientos encontrados ya que eso significaba que estábamos cerca de Constitución, pero ya no tenía fuerzas para subir una nueva cuesta. 

La cuesta se extiende por tan solo 2 kilómetros, por un camino pavimentado y en muy buen estado, pero me fue difícil pasarla. Mis piernas estaban fundidas y cada 200 metros debía parar para recobrar fuerzas. Finalmente termina la cuesta y comenzamos a pedalear por el puente que atraviesa el Río Maule y este se venía largísimo, con una pequeña pendiente en contra y con el viento que nos pegaba de frente en la cara, pero ya estábamos ahí, en Constitución que lucía hermosa entre el Río, el Mar y las montañas.

 Puente del Río Maule

En el kilómetro 57, una vez cruzando el puente no quise ni siquiera mirar como continuaba el camino hacía el sur, ya que continuaban por los cerros y por lo tanto continuaban las cuestas que me tenían tan cansada.

Desde el puente bajamos a Contitución, y comenzamos a recorrer y recordar sus calles, que visitamos en el 2007, como si fuera ayer cuando pisamos este lugar. Sin pensarlo demasiado llegamos directo al hostal que visitamos antes, Hostal Tía Herminda, donde por solo $15.000.- nos dieron una habitación con baño privado y la siempre amena compañía de los dueños y familiares.

Constitución es un lugar que nos gustó mucho la primera vez que lo visitamos, y que sabíamos que regresaríamos, aunque nunca pensamos que lo haríamos sobre nuestras bicicletas y fue la mejor forma de volver para recorrer su hermosa costanera, su antigua plaza y la ribera del río con la triste evidencia de la tragedia vivida en el tsunami del 2010.



En Constitución nos quedamos dos noches para recuperar fuerzas y continuar nuestro camino, y en nuestra última noche leyendo información de la ruta hasta Chanco, y luego hasta Concepción, destacaban siempre las cuestas para acceder a cada uno de los pueblos, y a pesar de que esta información ya la teníamos fue distinto leerla con varias cuestas encima, ya que nos hizo dudar de nuestro destino final y nos instó a tomar el mapa para buscar otras alternativas para continuar desde acá. Yo extrañaba la cordillera, poder acampar y sentir el frío de la montaña, de todas las alternativas nos quedamos con Vilches, un lugar que siempre habíamos querido visitar y que esta era la oportunidad perfecta para llegar hasta allá. 

Resulta contradictorio ya que la cordillera de la costa nos alejó de nuestro destino inicial por el cansancio de enfrentar nuevas cuestas, y el llegar a Vilches implica subir a una altura 3 veces superior a las enfrentadas, pero llegar a la cordillera, internarse en la naturaleza y formar parte de ella nos motivó tanto que el esfuerzo no importó ya que igualmente valdría tres o más veces la pena.












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